Page 48 - LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
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PROTOCOLO XIV.
La Religión del porvenir.- La esclavitud futura.-Imposibilidad de conocer los
misterios la Religión del porvenir. - La pornografía y el porvenir de la palabra
impresa.
Al advenimiento de nuestro reinado no reconoceremos la existencia de
ninguna religión fuera de la de nuestro Dios único, con el que nuestros destinos
están ligados íntimamente, porque somos el Pueblo Escogido, por el cual este
mismo destino está unido a los de todo el mundo. Por esto tenemos que destruir
todas las creencias. Si éstas han podido dar origen al Ateísmo contemporáneo, este
estado transitorio no perjudica nuestros objetivos, sino que servirá de ejemplo a las
generaciones que oirán nuestras predicaciones sobre la Religión Mosaica, cuyo
sistema estoico y perfectamente concebido nos ha dado por resultado la conquista
de todos los pueblos de la tierra.
Haremos ver así su verdad mística en la que podemos decir descansa toda su
fuerza educadora. Publicaremos entonces en todas las ocasiones artículos en los
que haremos comparación de nuestro benéfico gobierno con los del pasado. Los
errores de los gobiernos de los Gentiles serán pintados con los más vivos colores.
Tanto horror y repugnancia hacia ellos provocaremos, que los pueblos preferirán el
descanso de la esclavitud a los famosos derechos de la Libertad que por tanto
tiempo los trajeron atormentados y los privaron hasta de los medios necesarios de
subsistencia; que los hicieron ser explotados por una turba de aventureros, sin
poder siquiera saber qué era lo que hacían...
Los cambios inútiles de gobierno, a los que continuamente empujábamos a
los Gentiles, mientras minábamos sus instituciones, dejarán de tal manera cansados
a los pueblos en esta época, que más querrán soportar cualquier cosa de nuestra
parte que correr de nuevo el riesgo de nuevas agitaciones. Haremos notar
especialmente los errores de los gobernantes que figuran en la historia, que sin
haber producido un verdadero bien a la humanidad, torturaron durante tantos
siglos a los pueblos para correr en pos de ilusorios bienes sociales, sin darse cuenta
de que sus proyectos en vez de mejorar las relaciones de la vida humana las
empeoraban.
Nuestros filósofos discutirán todas las deficiencias de las creencias cristianas;
pero nadie jamás podrá discutir nuestra religión desde su verdadero punto de vista,
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