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en Varanavata, el lugar consagrado al gran Sankara. Somos muy afortunados de que
nuestro tío se preocupe tanto por nuestro bienestar.
Estas palabras llenas de sarcasmo pretendían llegar al corazón de Bhishma, que era
muy hábil en el uso del sarcasmo. Pero tal y como dijo Duryodhana, él se mostraba
completamente indiferente. Fácilmente podía haber intervenido impidiendo el exilio
de los pandavas, pero no lo hizo, pues no podía imaginarse la malvada intención de
Dhritarashtra. No podía imaginarse que pudiese llegar a aquel extremo. El pobre
Yudhishthira se sintió desamparado al ver que Bhishma no reaccionaba frente al sarcasmo
de sus palabras.
Así pues, Yudhishthira, sus hermanos y su madre, comenzaron los preparativos para
abandonar el reino cambiando su residencia a Varanavata.
En cuanto Duryodhana supo la noticia de que los pandavas habían accedido a la
sugerencia de Dhritarashtra, con la ayuda de su tío Sakuni, puso en marcha el complot.
Inmediatamente mandó llamar a Purochana, uno de los ministros de la corte de su padre
y cuando estuvo a solas con él, asegurándose de que nadie le iba a oír, le tomó la mano
derecha y le dijo:
—El mundo entero y todas sus riquezas me pertenecen a mí. Para mí eres un ser tan
querido y cercano como mi padre. Ahora tienes la oportunidad de compartir conmigo
este reino y no quiero guardarte ningún secreto. Si quieres puedes ayudarme ahora que
te necesito. Sabes que mi padre les ha pedido a los pandavas que se vayan al Varanavata.
Pues bien, quiero que partas inmediatamente en dirección a Varanavata en una carroza
tirada por los caballos más veloces y allí construyas un palacio para los pandavas. Tienes
que decorarlo con los ornamentos más exquisitos: ha de ser una morada adecuada para
albergar a los príncipes. Pero escucha, la casa tienes que construirla con materiales
fácilmente inflamables; tales como paja y cera. Tienes que ocultar en las diferentes
habitaciones vasijas conteniendo aceite y mantequilla. La casa tiene que estar acabada
para el momento en que lleguen a Varanavata. Tienes que perfumarla para que no se note
que la casa ha sido construida con tales materiales. Luego, humildemente, te acercarás
a los pandavas y les pedirás que moren en ella, diciéndoles que el rey ha mandado
construir la mansión especialmente para ellos, deseándoles una estancia confortable en
la ciudad. Tienes que inspirarles confianza. Una vez que hayan estado residiendo en la
casa por algún tiempo, sin ninguna sospecha ni recelo al respecto, tienes que prenderle
fuego. Que parezca que el incendio se ha provocado accidentalmente, nadie tiene que
sospechar del atentado. Quiero que este plan tenga éxito. Esta es la única oportunidad
de librarme de estos odiosos primos sin que nadie sospeche que he intervenido en ello.
Ahora dependo completamente de ti.
Purochana le aseguró que cumpliría sus deseos al pie de la letra, e inmediatamente se
puso en camino de Varanavata para comenzar la construcción de la casa. La edificaron de