Page 105 - Mahabharata
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1. El comienzo                                                                            85


               y la envidia de los kurus aumentaba día tras día e igualmente le ocurría a su padre
               el rey Dhritarashtra. Éste quería comportarse con los pandavas como un padre, pero

               viendo cómo los pandavas superaban a sus hijos en valor y en fuerza, de repente le
               abordaban sentimientos de enemistad y de celos contra ellos. La gente elogiaba con
               grandes palabras de Yudhishthira. Decían: « El rey Dhritarashtra es ciego e ineficaz.
               Bhishma sin duda alguna es muy eficiente, pero ya hace tiempo que renunció a su
               derecho al trono. Duryodhana no es suficientemente bueno para gobernarnos, así que lo
               justo es que Yudhishthira sea nuestro rey. »
                   Estos comentarios que hacía la gente llegaron a oídos de Duryodhana, lo cual le
               causaba profundo dolor en sus entrañas. Así pues, escogió un momento en el que su
               padre estaba solo y se dirigió a él para contarle todas sus penas. Le contó al rey lo que la
               gente estaba comentando y le dijo:
                   —Padre, fíjate en las consecuencias de tu decisión. Designaste a Yudhishthira como
               tu heredero y ahora la gente sueña con ver llegar el día en el que va a ser coronado. ¿Por
               qué lo hiciste?
                   Dhritarashtra le explicó sus razones, tras lo cual añadió:
                   —No tenía la mínima intención de negarte tus privilegios. Pero ahora me encuentro
               con que estás lleno de envidia y celos hacia los pandavas y particularmente hacia Bhima.
               Escucha, no tiene ningún sentido que intentes hacerles daño, están bajo la protección de
               Bhishma y Vidura. Lo mejor que puedes hacer es tratar de olvidar este odio que tienes
               hacia ellos y tratar de comportarte como un hermano más. La gente de nuestro pueblo
               ha aceptado a Yudhishthira en su corazón y sería un suicidio hacer cualquier cosa en
               contra de él.

                   El príncipe miró a su padre profundamente, su cuerpo le temblaba de furia y apretaba
               sus manos agresivamente como conteniendo su ira, luego le retiró la mirada bruscamente.
               Su vista vagaba por todas partes con sus ojos enrojecidos de furia, luego dirigiéndose a
               su padre le dijo:
                   —Padre, sé que dices eso porque tienes miedo de que alguien te esté escuchando,
               pero puedo asegurarte que no hay nadie aquí excepto tú y yo. Puedes ser franco conmigo
               y decirme cuáles son tus verdaderos sentimientos. Sabes que si Yudhishthira llega a
               ser rey, entonces su hijo reinará después de él y después de él su nieto. El reino caerá
               completamente en manos de los pandavas. ¿Cómo podemos nosotros, los hijos del rey,
               estar dependiendo de estos odiosos pandavas? Perderemos nuestra posición de príncipes
               y tendremos que servirles. Yo prefiero morir antes que depender de los pandavas. Soy el
               hijo del rey y, como tal, en su día he de ser el rey. Si sientes algún afecto por mí, debes
               hacer algo, si no me mataré. No tengo intención de hacer el más mínimo servicio a ese
               glotón de Bhima.
                   Dhritarashtra apoyó su mano sobre el hombro de su hijo y le dijo:
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