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seguridad había desaparecido. Igualmente disgustados se sentían los otros pandavas
por lo que había sucedido ese día en el estadio.
Capítulo XXIV
DRONA DERROTA A DRUPADA
A educación y adiestramiento de los príncipes ya había finalizado. Era el momento
L por el que Drona había esperado para ver realizado su sueño de venganza. Reunió a
sus discípulos en torno suyo y les dijo:
—Ha llegado el momento en el que debéis tributarme vuestro dakshina.
Los príncipes estaban enormemente emocionados y deseosos de saber cuál iba a ser
su dakshina.
—Yo no quiero riquezas —dijo Drona—. Quiero que vayáis al reino de los panchalas
y derrotéis a Drupada trayéndomelo cautivo. Lo quiero vivo.
Los príncipes se sintieron tremendamente emocionados al saber que por fin iban a
poder luchar, e inmediatamente comenzaron los preparativos para la batalla. Para un
kshatrya la idea de poder luchar supone un gran aliciente, cuanto más no lo sería para los
vástagos de la casa de los kurus, que iban a tener la primera oportunidad de demostrar
sus habilidades como guerreros. Una vez finalizados los preparativos emprendieron la
marcha hacia Panchala. Drona estaba más emocionado que ninguno.
En cuanto Drupada supo la noticia de que los príncipes kurus se dirigían a su ciudad
con intenciones de guerra, aunque no entendía qué motivo les movía a hacerlo, también
hizo sus preparativos para la lucha. Y, apoyado por sus hermanos, Drupada salió al
encuentro de sus adversarios.
La lucha comenzó, pero los pandavas permanecieron apartados como esperando,
descansando debajo de un árbol cercano al campo de batalla. Ellos sabían que a los kurus
le sería imposible derrotar a Drupada, por lo cual decidieron intervenir una vez que ellos
hubiesen fracasado en el intento. El terrible Drupada peleaba tan bien que derrotó a
todos los kurus dispersándolos en desbandada. Los pandavas contemplaban la escena
sonrientes. Y a continuación entraron en acción. Arjuna le pidió a Yudhishthira que se
quedase detrás.
—Nosotros cuatro capturaremos a Drupada —le dijo. La carroza de Arjuna avanzaba
veloz escoltada de un lado por Nakula y del otro por Shadeva, protegiendo las ruedas
de su carro. Bhima, con su maza en la mano parecía el Señor de la Muerte. Rompieron la
línea de vanguardia de los Panchalas haciendo caer los soldados a un lado y a otro, y
a continuación fueron directos hacia la carroza de Drupada. El rey de los panchalas se
defendía furiosamente, pero la estrategia de los cuatro pandavas le sorprendía continu-
amente. No querían hacerle daño, tan sólo le acosaban para capturarle. Y de un salto