Page 98 - Mahabharata
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               la multitud, alguien se abría camino apartándose la gente a su paso. Alguien se acercaba.
               Andaba como un león. La gente le miraba asombrada como ante la visión de un dios.

               Y de nuevo escucharon el ruido: provenía del cimbreo de la cuerda del arco de aquel
               recién llegado.
                   Era Radheya con su kavacha y sus kundalas de color dorado, brillando fulgurante
               bajo el Sol de la tarde. Se dirigió derecho al escenario moviéndose con la gracilidad de
               una pantera. Se detuvo ante Drona y después de saludarle se dirigió a Arjuna con voz
               fuerte e imperiosa como el sonido de un trueno:
                   —He venido a desafiarte, creo que estás demasiado orgulloso de la habilidad que
               hasta ahora has demostrado. Yo puedo hacer todo lo que has hecho y mucho más, y si tu
               guru lo permite te lo demostraré.

                   Radheya realizó todas las hazañas con las que Arjuna había impresionado a los
               asistentes. En la cara de Bhishma apareció una sonrisa sarcástica al ver la expresión de
               disgusto con la que Drona contemplaba la escena. Sin embargo la cara de Duryodhana
               estaba iluminada de amor hacia aquel extraño. Arjuna estaba anonadado, conteniendo
               la ira que despertaba en él aquella humillación. Yudhishthira por su parte, observaba la
               escena confuso y sorprendido por el valor del recién llegado.
                   Radheya había acabado su exhibición y ahora desafiaba a Arjuna a un combate
               singular, ignorando que aquél al que desafiaba era su hermano. Arjuna le respondió con
               un reproche:

                   —¿Quién eres tú para atreverte a venir alardeando de tu bravura sin ni siquiera estar
               invitado?
                   Radheya sonrió con rudeza y le dijo:
                   —Esto es un torneo: no una exhibición privada, organizada en beneficio tuyo. La
               entrada está abierta a todo aquel que quiera mostrar su valor. Por eso te desafío. ¿Eres
               capaz de aceptar el reto o admites ya que soy mejor arquero que tú? Arjuna haciendo
               un gesto de desdén con sus hombros se preparó para la lucha. En aquel momento una
               extraña visión apareció en el cielo: unas nubes azules surgieron súbitamente cubriendo
               el cielo. Parecía como si Indra quisiera proteger a su hijo. El Sol por su parte vertía sus
               rayos cálidos sobre el recién llegado como en un intento de querer también proteger a su
               hijo. La escena era muy hermosa.

                   Radheya aparecía allí de pie bañado por la luz del Sol, mientras que Arjuna estaba
               oculto por las sombras de las nubes. Los espectadores estaban ya tomando partido
               inclinándose a favor de uno u otro rival. Los hijos del rey estaban de parte de Radheya,
               mientras que Drona, Bhishma y Kripa, estaban de parte de Arjuna, el pandava.
                   Justo antes de que la lucha comenzase se produjo como una repentina confusión
               entre las mujeres. A oídos de Vidura llegó la noticia de que Kunti se había desmayado.
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