Page 232 - Mahabharata
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               lo han quitado por medios injustos! ¡te engañaron! Una espina se saca con otra espina.
               Su injusticia sólo puede ser combatida con injusticia también por nuestra parte. ¿No

               arranca Draupadi, esta princesa panchala, lágrimas de tus ojos, cuando la ves vestida
               con esas cortezas de árbol? ¿No hace hervir tu sangre el pensar lo que ella fue y lo que es
               ahora? Por favor, hermano, abandona a estos brahmanes. Por favor, coge tus arcos y tus
               flechas. Por favor, déjanos marchar hacia la ciudad de Hastinapura. Podemos destruirles.
               Estableceremos el Dharma en la casa de los kurus. En los últimos años no ha habido
               Dharma alguno allí. Nosotros somos cinco fuegos y podemos quemar la casa en muy
               poco tiempo. No debes obrar como un hombre que ha perdido todo interés por las cosas
               del mundo. Por favor, actúa como un kshatrya.
                   Yudhisthira se sentó en silencio durante unos momentos después de escuchar las
               palabras de Bhima y luego dijo:
                   —No te culpo por lo que has dicho. No te reprocho por ese torrente de palabras que
               penetran como flechas, haciendo daño. Sí, Bhima, hacen mucho daño. Pero tienes razón.
               Merezco toda tu crítica y me culpo a mí mismo por ello, porque fui yo quien os condujo
               a todo esto. Yo sabía que perdería mi capacidad de raciocinio cuando comenzara a jugar
               aquel juego. Sakuni fue inteligente.

                   »Él sabía cómo manejar todo el asunto, de tal manera que al final acabase perdiéndolo
               todo. Lo que tenía que pasar ha pasado. Les entregué todo lo que era mío. Luego os
               hice esclavos, a vosotros, mis queridos hermanos, a vosotros a quienes he querido más
               que a mi propia vida. Y mi pérdida de Draupadi, es demasiado terrible para pensar
               en ello. Cuando vosotros dos me heríais con vuestras ardientes palabras y vuestros
               reproches, he permanecido en silencio, porque sé que ambos tenéis razón. Merezco
               todo lo que decís. Pero si pensáis que vuestras palabras cambiarán mis ideas del bien
               y del mal, entonces, es triste, pero estáis equivocados. He prometido permanecer en el
               bosque durante doce años y he prometido pasar un año oculto. Y voy a hacerlo. Mirad,
               para mí la verdad significa más que toda la riqueza de esta tierra. Al final de los trece
               años, si el pecador Duryodhana se niega a devolvernos nuestro reino, entonces, Bhima,
               puedes estar seguro de que me encolerizaré todo lo que quieras. Yo sé que Duryodhana
               nunca podrá compartir el reino que nos ha robado. Ciertamente rechazará devolvérnoslo.
               Entonces podrás satisfacer el deseo de tu corazón; una batalla contra los kurus. Podrás
               bailar entre los cadáveres de los kurus. Arjuna podrá desahogar su enfado con Radheya y
               sus parientes. Shadeva podrá matar a Sakuni y Nakula podrá matar al hijo de éste. Todos
               podréis estar contentos. Draupadi, tus ojos podrán jactarse mirando los cadáveres de
               todos tus enemigos. Y en cuanto a mí, yo también lucharé, junto a vosotros, contra ellos.
               Yo también me enfureceré. Daré rienda suelta a la ira y a la furia que contendré durante
               estos trece años. Nadie podrá creer que soy el mismo Yudhisthira que permaneció callado
               en la corte de los kurus ante la más deshonrosa provocación. Pero, mi queridísimo Bhima,
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