Page 205 - Egipto Tomo 1
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MEMPHIS. LAS PIRAMIDES          193
              antes de ser definitivamente recibidos: nn señor H. Kuhn sostenía muy serio en 1793. que
              no debía verse en ellas la mano del hombre, sino el resultado de un capricho de la naturaleza:
              v por último otros mejor informados y sabiendo que el verdadero destino de las pirámides
              consistía en recibir  el féretro de un rey, empeñáronse en demostrar que  la elección de
              la forma piramidal para una tumba encerraba una profunda significación, y que merced
              á  ellas resultaban tangibles  los principios fundamentales de  la religión y de  la  filosofía
              egipcia. En consecuencia deben ser consideradas como el símbolo del reino de los espíritus,
              que asciende por grados desde la base más amplia hasta la cima más aguda: comparada
              á  la escala de  las ideas de Platón, que tiene su fin y remate en  la idea más elevada y
              concluvente  que  el hombre puede concebir;  ver en  ellas  la naturaleza de  los  cuatro
              elementos que divididos llenan la materia, y que se reúnen para formar un todo único, es
              decir, el fuego, el agua, el aire y la tierra, partes componentes del mundo y de todo cuanto
              encierra, los cuales se encontraban unidos en indiferencia ó en unidad perfecta en  el ser
              primordial,  es decir en Dios (Osiris). Realizada  la creación  el principio de lucha y de
              discordia (Tvfon) hizo pedazos la divinidad (Osiris); pero el amor (Isis) reunió los miembros
              despedazados,  es decir los cuatro elementos, y por medio de ellos, merced á un enlace
              hábil y  armonioso, reconstituyó en Dios  el conjunto  visible  del universo y de todas  las
              criaturas. Tal fué el principio del mundo y de cuantas cosas se produjeron en él: hoy como
              entonces Isis reúne los cuatro elementos, y Tvfon los separa, de donde resultan al par, por
              un lado creación y por otro destrucción. Las cuatro caras de una pirámide que se reúnen
              en su vértice, y se separan cuanto más se acercan á su base, ponen pues patentes  al
              espíritu  la forma sencilla de toda  la vida cósmica,  la unión y  separación de los cuatro
              elementos.— Estas ingeniosas especulaciones, responden perfectamente á la opinión que se
              tenia formada de la ciencia de los sacerdotes egipcios. No cabe desconocer, sin embargo,
              que  el vértice de  las pirámides tenia una significación simbólica, como lo demuestra el
              hecho de encontrarse únicamente en los mausoleos reales, siendo así que los particulares
              hacian depositar sus cuerpos en  el interior de pirámides truncadas;  regla que no tiene
              excepción alguna, siendo muchas las pinturas que se han encontrado, en las cuales la punta
              de  la pirámide se halla pintada de rojo,  al paso que  el resto lo está de negro.  Sea de
              esto lo que se quiera no cabe dudar que los edificios indestructibles en que nos estamos
              ocupando, estaban destinados á procurar larguísima conservación no sólo al cadá\ei  , sino
              también á la memoria del príncipe que en ellas se depositaba, de suerte que pertenecen
              á aquella clase de monumentos de los cuales ha dicho un profundo observador: «es indudable
              »que su objeto real consistía en hablar á  la posteridad más remota; establecer relaciones
              »con ella, v establecer, por este medio, la unidad de la conciencia humana. Y esto acontece
              »no sólo con los monumentos de los indos, de los egipcios, de los griegos y de los romanos,
              »sino con otros de tiempos á los nuestros más cercanos, en los cuales, como en aquellos,
              » puede leerse claramente ese sentimiento en virtud del cual  el hombre se siente arras-
              trado á hablar con  la posteridad. Es por consiguiente un verdadero crimen no  sólo  el
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