Page 207 - Egipto Tomo 1
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MEMPHI3. LAS PIRAMIDES          195
                                      carne de Seb el rey de los dioses, que fueron en un
               »nacido de Xut señora del cielo, y
               » principio: ojalá extienda sobre  tí tu madre Xut sus alas protectoras en su nombre do
               » Misterio del cielo. Ojalá pueda concederte el que seas como dios que obra á impulsos de
               »su voluntad, rey del Egipto inferior y  del Egipto superior Menkeorá que gozas  vida
               » eterna. » Hanse encontrado además algunos restos de huesos, y fragmentos del sudario
               que envolvía el cadáver cubierto de una mano de betún. Aquel era de lana, diferenciándose
               en esto de las tiras que se emplearon en tiempos posteriores que eran de lino. El aposento
               en que dormía el sueño de  la muerte  el cadáver de Menkara, es indudablemente el más
               notable de cuantos existen en las pirámides; pues construido todo él de granito, su techo
               está formado de grandes  piedras, de  tal
               manera cortadas, que al unirse forman un
               arco  algo rebajado comparable  al  gótico
               inglés,  lo cual  le comunica  el aspecto de
               un aposento  abovedado.  Del examen  de
               otras cámaras, así como del de numerosos
               pasadizos, que hoy se hallan obstruidos por
               grandes pedruscos, se ha venido en cono-
               cimiento de que la pirámide que nos ocupa
               debió guardar otro cuerpo además del de
               Menkara  probablemente  en  esto  se
                     :         ,  y
               hallan de acuerdo la historia y la tradición,
               el de una mujer que fué depositada en  el
               cenotafio  algún  tiempo  después.  Según
               parece, apoderóse del mausoleo, terminado
               hacia mucho tiempo,  la célebre reina Ni—
               tocris,  de  la VI  dinastía, que en  siglos
                                                  CÁMARA SEPULCRAL DE MEN-KA-RA
               posteriores, por sus rubios cabellos y ro-
               sadas mejillas, de cuvas circunstancias teníase noticia por la tradición, llegó á confundirse
               con la célebre griega Rhodophis, la del rostro de rosa, que, según se pretende, fué esposa
               del hermano de Safo y  amiga predilecta de los faraones. Á Herodoto se le dijo ya que era
               esta la mujer cuyo cadáver vacia en la tercera pirámide, y posteriormente, tomando nuevas
               formas  el recuerdo de aquella hermosura,  la Rhodophis griega hase convertido en una
               Lorelev árabe, de dentadura incomparable, que desde el lugar donde reposa, y aquí debe
               verse la fantasía oriental,  fascina al caminante del  desierto que se deja deslumbrar por
               sus encantos. A esto responden aquellos versos de Tomás Moore:
                                 Ceñida en redor de áurea vestidura
                                 Fuerte, gentil, potente encantadora
                                 La bella Rbodophe, cual canta la leyenda
                                 De las pirámides orgullosa señora.
                                 Fascina al osado, imprudente viajero.
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