Page 473 - Egipto Tomo 1
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                 cuantos padecen enfermedades. A principios del siglo anterior existia aún en las cercanías do
                 dicha ciudad una cubba á la cual prestaba su sombra un robusto sicomoro, cuyo polvo
                 gozaba la virtud de sanar al animal que padecía un achaque, con sólo espolvorearle con aquél
                 el miembro enfermo. Tumbas de santones existen á las cuales van las gentes en la seguridad
                                                    de que encontrarán consuelo en sus
                                                    aflicciones, no faltando algunas que
                                                    gozan fama de proporcionar poste-
                                                    ridad al que no teniéndola la desea.
                                                    En Za’ka  , que es una aldea situada
                                                    en la frontera que separa el Egipto
                                                    de  la Siria, no  léjos de Arish,
                                                    existe el sepulcro del jeque beduino
                                                    Zueijid, cuya puerta jamás se cierra,
                                                    porque se cree que los tesoros en
                                                    ella contenidos no pueden ser roba-
                                                    dos por ladrón alguno, y que el que
                                                    en la misma se refugia, escapa á la
                                                    persecución de los que  le siguen.
                                                    Y no¿sólo gozan idéntica celebridad
                                                    é igual consideración las tumbas de
                                                    los santones milagreros, sino tam-
                                                    bién aquellas en que yacen los hom-
                                                    bres que más directamente influ-
                                                    yeron en  el  desarrollo  del Islam,
                                                    habiéndose hecho con  tal  motivo
                                                    dignos de eterno recuerdo, y es-
                                                    pecialmente  las que encierran  los
                                                    restos de los amigos, es decir,  los
                                                    personajes que han conocido perso-
                                                    nalmente al Profeta. En el número
                                                    de éstos van incluidos los soldados
                                                    que fueron á Egipto bajo las órdenes
                                                    de Amr,  bastando que  el pueblo
                      DERVICHES EN ÉXTASIS DÁNDOSE DE PUÑALADAS Y ALFILERAZOS  imagine qUC tal Ó  CUÍl l  t !1 IT) bU CU—
                                                    cierra los restos de uno de  ellos,
                 para que se le concedan las mismas consideraciones que al sepulcro de un santón. Pero
                 lo más singular es que á veces la tumba de un mismo arrugo, se venera al par en cinco ó seis
                  lugares distintos, sin que nadie se percate de la imposibilidad que para ello existe: tanta es la
                  tenacidad con que el pueblo se aferra á semejantes tradiciones. La mayor parte de las que
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