Page 103 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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        xual, en los comienzos de mi vida religiosa, y asi continué cerca de diez y ocho
        años, hasta que llegué a  la experiencia de este grado místico. Antes tenía yo
        miedo de incurrir en  la ira de Dios en esta materia; pero cuando advertí  lo
        que en la tradición de Mahoma se dice, a saber, que Dios le hizo amables las
        mujeres y que  él no las amaba por inclinación natural, sino tan sólo porque
        Dios le hacía amarlas, entonces tuve miedo de incurrir en la ira de Dios por
        odiar lo que El hizo amar al Profeta, y cesó en mí, gracias a Dios, aquel mi
        estado de ánimo, y Dios me las hizo tan amables, que hoy soy yo el más tierno
        amador de las mujeres y  el que con más cariño las trata; y  esto, porque sé
        ya de  cierto a qué atenerme en  esta materia; pero ese cariño nace de que
       Dios me hace amarlas y no de amor físico o natural  (1)."
          Antes de esta visita a Meca, o antes de alguna de las anteriores,
       debió también hacer la peregrinación a ios lugares santos de Medina
       y Jerusalén, aunque no puede precisarse  la fecha. Sin embargo, no
       debió ser después del 626 (1228 de  J. C), año en que cayó Jerusalén
       en manos de los cruzados, pues Abenarabi alude a esta ciudad al re-
       comendar en su Fotuhat (como ya hemos visto) que se abstenga todo
       muslim de visitar países sometidos a  las armas  cristianas. Parece,
       pues, lo más probable suponer que visitase dichos lugares santos an-
       tes de entrar en Meca  el 598 (1221 de  J. C.)  (2).
          Al llegar Abenarabi a los dominios del rey Caicaus  I, supo que
       había abandonado su corte para poner sitio a la ciudad de Antioquía.
       Era el mes de ramadán del año 612 (diciembre de 1215 de  J. C), y
       Abenarabi se hallaba en Siwas (Sebaste). Una de aquellas noches, pre-
       ocupado con el éxito de dicha expedición guerrera, Abenarabi soñó que
       la victoria coronaba los esfuerzos de Caicaus y que Antioquía caía en su
       poder. Púsose en marcha hacia Malatia (Mitilene) y desde allí dirigió
       a Caicaus una epístola en verso comunicándole de parte de Dios sus
       felices augurios respecto de la conquista de Antioquía. Veinte días des-
       pués de su visión,  el día de la pascua, Antioquía era, efectivamente,
       conquistada (3).

         (1)  Cfr. Fotuhat,  IV,  106.
         (2)  Fotuhat,  I,  12: "Cuando llegué a Meca, madre de las ciudades, des-
       pués de visitar... y hacer la oración en la Mezquita de la Roca, de Jerusalén..."
         (3)  Mohadara,  II,  180.
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