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PEDAGOGÍA CONDUCTISTA.


               Aunque no es del todo igual que el tradicional, este modelo pedagógico también tiene al alumno con un
               rol pasivo y al docente como el centro de todas las lecciones.

               En este caso, se considera que el aprendizaje se da a través del entrenamiento, la repetición, la práctica
               y la exposición. A esta forma de enseñanza y aprendizaje se le suma  una evaluación centrada en el
               resultado final y basada en gran parte en los premios y recompensas.

                                                     Algunos  ejemplos  del  conductismo  en  el  aula  son  acciones
                                                     como premiar la intervención, castigar el mal comportamiento,
                                                     restar y sumar puntos, sancionar cuando se copia, etc.

                                                     En la educación, el conductismo tiene numerosas aplicaciones
                                                     y sus técnicas son muy comunes en el aula para mejorar la
                                                     adquisición  de  conocimientos  de  los  alumnos  y  su
                                                     comportamiento o actitud en clase. Hay que destacar que el
                                                     aprendizaje  conductista  sigue  un  modelo  de  comunicación
                                                     vertical en el que el profesor se sitúa por encima del alumno.
                                                     El  docente  asume  el  rol  de  emisor  activo  que  tiene  que
                                                     modificar  las  conductas  de  sus  alumnos  y  para  ello  debe
                                                     proporcionarles los estímulos adecuados en cada momento.


               Ejemplos de aprendizaje conductista en el aula

               Entrega  de  premios: es uno de los ejemplos más conocidos. Muchos profesores premian las buenas
               conductas,  los  resultados  positivos  en  una  prueba,  las  mejoras  en  el  desempeño  o,  incluso,  la
               desaparición de un mal comportamiento. Los premios sirven para estimular esa conducta.

               Castigar el mal comportamiento: un alumno que no para de hablar en clase puede ser castigado con
               medidas como ser expulsado de clase o recibir una crítica pública que actuarían como un reforzamiento
               negativo.

               Restar y sumar puntos: es una estrategia que sigue la lógica de la “economía de fichas”. El docente
               puede tener un listado en el que asigna una serie de puntos a cada alumno. La pérdida actuaría como un
               refuerzo negativo mientras que ganar puntos sería un refuerzo positivo.

               Señalización: consiste en proporcionar un  estímulo antecedente justo  antes del momento en que se
               producirá una conducta. Esta señal facilita la  aparición de la conducta y,  además,  el profesor puede
               reforzar ese logro.









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