Page 298 - Fantasmas
P. 298
FANTASMAS
bara así? Dean cree que el ruido de la sierra lo asustó e inten-
tó apagarla. Que pensó que nos enfadaríamos.
Calló unos instantes mientras miraba a su hijo junto a la
máquina de chicles, y después continuó:
—Siempre pensé que mi hijo... seríaslo mejor-que haría
en la vida. Nada de equivocaciones en esto. Tenía planeado que
cuando cumpliera quince años saldría con la chica más guapa
de la escuela. Que sabría tocar cinco instrumentos y deslum-
braría a todo el mundo con su talento. Que sería el chico más
divertido, al que todo el mundo conoce. —Hizo una nueva pau-
sa y añadió—: Ahora será el gracioso. El chico gracioso siem-
pre tiene algún defecto. Por eso es tan gracioso, para distraer
la atención de la gente de ese defecto.
En el silencio que siguió a esta afirmación Bobby tuvo
una sucesión de pensamientos. El primero fue que él había si-
do el gracioso de su clase del colegio. ¿Acaso Harriet pensaba
que estaba intentando compensar algún defecto oculto? Des-
pués recordó que los dos habían sido los graciosos y se pre-
guntó: «¿Cuál era nuestro problema?»
Tenía que haber algo, de otro modo ahora estarían juntos
y el niño que estaba donde la máquina de los chicles sería el hi-
jo de los dos. El siguiente pensamiento que le vino a la cabeza
fue que si el pequeño Bobby fuera su hijo aún conservaría los
diez dedos de las manos y experimentó un profundo rechazo
hacia Dean el maderero, un pobre ignorante cuya idea de pasar
el tiempo con su hijo era llevarlo a una carrera de tractores.
Un ayudante de dirección empezó a aplaudir y a pedir a
gritos a los zombis que ocuparan sus puestos.
—Mamá —dijo el niño mientras mascaba el chicle y mi-
raba a la oreja arrancada de su madre—. No nos has contado
cómo fue tu muerte.
—Yo lo sé —dijo Bobby—. Se encontró con un viejo ami-
go en el centro comercial y empezaron a charlar. Pero quiero
296