Page 390 - Fantasmas
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FANTASMAS
le corregí, la segunda lo dejé así. Durante toda la entrevista es-
tuve terriblemente tenso; notaba la cara entumecida como si
me la hubieran anestesiado, y cuando hablaba tenía la impre-
sión de que apenas movía los labios. Estaba convencido de que
Carnahan se daría cuenta y lo encontraría extraño, pero no fue
así. Terminó aconsejíndome que me mantuviera alejado de las
drogas, después consultó algunos papeles que tenía delante y
se quedó completamente en silencio. Yo seguí allí sentado fren-
te a él casi un minuto, sin saber qué hacer. Después levantó la
vista y se sorprendió al verme todavía allí. Me hizo un gesto
con la mano para que me fuera, y me dijo que habíamos ter-
minado y que hiciera pasar al siguiente.
Cuando me levantaba le pregunté:
—¿ Tienen alguna idea de lo que le ha podido pasar?
—Yo no me preocuparía demasiado. El hermano mayor
del señor Peers se escapó del centro de menores el verano pa-
sado y no se le ha visto desde entonces. Tengo entendido que
estaban muy unidos. —Carnahan volvió la vista a los papeles
y empezó a cambiarlos de sitio—. O tal vez ha decidido lar-
garse solo. Ya ha desaparecido en un par de ocasiones, y ya sa-
bes lo que dicen: a la tercera va la vencida.
Cuando salí, Mindy Ackers estaba sentada en un ban-
co situado junto a la pared del área de recepción. Al verme
se puso en pie de un salto, sonrió y se mordió el labio infe-
rior. Con su aparato dental y su piel llena de acné, Mindy no
tenía demasiados amigos y sin duda echaba mucho de menos
a Eddie. Yo no sabía gran cosa acerca de ella, pero sí que siem-
pre había buscado complacer a Eddie por encima de todo, y que
disfrutaba siendo el blanco de sus bromas. Sentí simpatía y pe-
na por ella; teníamos mucho en común.
—¡Eh, Nolan! —dijo con una mirada entre esperanzada
y suplicante—. ¿Qué ha dicho el poli? ¿Saben algo de adónde
ha ido?
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