Page 252 - La sangre manda
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—De acuerdo —dice ella—. Tengo. Tengo miedo. —Siente un gran alivio
al admitirlo. Al decirlo en voz alta.
—Tu madre…, mi hermana…, tengo el nombre en la punta de la lengua…
—Charlotte.
—Sí. Charlie es una cobarde. Siempre lo ha sido, incluso cuando éramos
niños. Nunca entraba en el agua en… aquel sitio… No me acuerdo. Tú
también eras una cobarde, pero lo has superado.
Holly lo mira, asombrada. Sin habla.
—Lo has superado —repite su tío. A continuación, se quita las zapatillas
y sube los pies a la cama—. Voy a echar una siesta, Janey. Este sitio no está
mal, pero ojalá tuviera aquello… aquello a lo que dabas vueltas… —Cierra
los ojos.
Holly se pone en pie y se dirige hacia la puerta. Tiene lágrimas en la cara.
Se saca un pañuelo de papel del bolsillo y se las enjuga. No quiere que
Charlotte las vea.
—Ojalá recordaras que has evitado que esa mujer se cayera —dice—.
Según la enfermera, te has movido como un rayo.
Pero el tío Henry no la oye. El tío Henry se ha dormido.
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Del informe de Holly Gibney para el inspector Ralph Anderson:
Tenía previsto terminar esto anoche en un hotel de Pennsylvania, pero
surgió un tema familiar y al final vine a casa de mi madre. Estar aquí me
resulta difícil. Me asaltan los recuerdos, muchos no muy buenos. Pero esta
noche me quedaré. Es mejor así. Ahora mi madre ha salido, a comprar cosas
para una cena de Nochebuena adelantada que probablemente no será muy
apetitosa. Nunca se le ha dado bien cocinar.
Espero poner fin a mi asunto con Chet Ondowsky —el ser que se hace
llamar así, mejor dicho— mañana por la tarde. Tengo miedo, Ralph, no tiene
sentido mentir al respecto. Me prometió que no volvería a hacer nada como lo
de la escuela Macready, me lo prometió de inmediato, sin pensarlo siquiera, y
no me lo creo. Bill no se lo creería, y estoy segura de que tú tampoco. Ahora
que lo ha probado, le ha cogido el gusto. Puede que también le haya cogido el
gusto al papel de rescatador heroico, aunque debe de saber que no le conviene
atraer la atención.
He llamado a Dan Bell y le he dicho que me propongo acabar con
Ondowsky. Tenía la impresión de que él, como expolicía que es, lo entendería
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