Page 255 - La sangre manda
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se identifica con George Bailey, pero al final le parece una persona con un
grave trastorno bipolar que ha llegado a la fase maníaca de su ciclo. Incluso se
pregunta si, acabada la película, sale con sigilo de la cama y asesina a toda su
familia.
Ven la película, Charlotte con su vestido navideño y Holly con su
sombrero de Papá Noel. Holly piensa: Ahora estoy trasladándome a otro
lugar. Noto que me voy. Es un sitio triste, lleno de sombras. Es un sitio donde
uno sabe que la muerte anda cerca.
En la pantalla, Janie Bailey dice: «Por favor, Dios mío, algo le pasa a
papá».
Esa noche, cuando se duerme, Holly sueña que Chet Ondowsky sale del
ascensor del edificio Frederick con la manga y el bolsillo de la chaqueta rotos.
Tiene las manos manchadas de polvo de ladrillo y sangre. Le tiemblan los
ojos, y cuando despliega los labios en una ancha sonrisa, unos gusanos rojos,
retorciéndose, escapan de su boca y le descienden por el mentón.
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