Page 291 - La sangre manda
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disfrutar de una cena navideña igual de tradicional —pavo con todas sus
guarniciones y, de postre, dos tipos de tarta—, empieza a nevar.
—¿Podríamos cogernos de las manos? —pregunta el señor Robinson.
Así lo hacen.
—Señor, bendice los alimentos que estamos a punto de recibir gracias a tu
generosidad. Te agradecemos este tiempo juntos. Te agradecemos la
compañía de la familia y los amigos. Amén.
—Espera —dice Tanya Robinson—. Eso no basta. Señor, te doy gracias
porque ninguno de mis hermosos hijos resultó malherido por el hombre que
los atacó. Se me partiría el corazón si no estuvieran sentados a esta mesa con
nosotros. Amén.
Holly nota que la mano de Barbara se tensa en la suya, y oye salir de la
garganta de la chica un leve sonido. Algo que podría haber sido un sollozo, si
lo hubiese dejado escapar libremente.
—Ahora cada uno tiene que decir algo por lo que esté agradecido —
anuncia el señor Robinson.
Hablan por turno en torno a la mesa. Cuando le toca a Holly, dice que da
gracias por estar con la familia Robinson.
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Barbara y Holly se ofrecen a fregar los platos, pero Tanya las echa de la
cocina diciéndoles que hagan «algo navideño».
Holly propone dar un paseo. La señora Robinson les dice que estén de
vuelta a las siete, porque van a ver Cuento de Navidad. Holly espera que sea
la versión en la que actúa Alastair Sim, que, en su opinión, es la única que
merece la pena ver.
Fuera no solo está bonito; está precioso. Son las únicas en la acera,
acompañadas solo por los crujidos de sus botas en los cinco centímetros de
nieve recién caída. Tenues halos arremolinados envuelven las luces de las
farolas y los adornos navideños. Holly saca la lengua para capturar unos
copos, y Barbara la imita. Las dos se ríen, pero, cuando llegan al pie de la
calle, Barbara se vuelve hacia ella con expresión solemne.
—Bien —dice—. Estamos las dos solas. ¿Qué hacemos aquí, Hols? ¿Qué
querías preguntarme?
—Quería saber qué tal lo llevas, solo eso —responde Holly—. Jerome no
me preocupa. Se llevó un golpe, pero no vio lo que tú viste.
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