Page 288 - La sangre manda
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22 de diciembre de 2020







               Holly tiene que prestar declaración en las oficinas de McIntyre and Curtis a

               las diez. Es una de las cosas que menos le gustan, pero es solo una testigo
               secundaria en ese caso de custodia, y mejor así. Lo que está en juego es un
               samoyedo en lugar de un niño, y eso reduce un poco el nivel de estrés. Uno de
               los abogados plantea unas cuantas preguntas insidiosas, pero, después de lo

               que  ha  pasado  con  Chet  Ondowsky  —y  con  George—,  el  interrogatorio  le
               resulta  bastante  soso.  Termina  en  un  cuarto  de  hora.  Enciende  el  móvil  en
               cuanto sale al pasillo, y ve que tiene una llamada perdida de Dan Bell.
                    Pero no es Dan quien atiende cuando ella devuelve la llamada; es su nieto.

                    —El abuelo ha tenido un ataque al corazón —explica Brad—. Otro ataque
               al corazón. En realidad, ya es el cuarto. Está en el hospital, y esta vez no va a
               salir.
                    Se oye una inhalación larga y acuosa. Holly espera.

                    —Quiere saber cómo te ha ido. Qué ha pasado con el periodista. El ser. Si
               pudiera darle al abuelo una buena noticia, le sería más fácil irse, creo.
                    Holly mira alrededor para asegurarse de que está sola. Lo está, pero aún
               así baja la voz.

                    —Ha muerto. Dile que ha muerto.
                    —¿Estás segura?
                    Holly piensa en esa última mirada de sorpresa y miedo. Piensa en el grito
               del  hombre  —el  ser—  en  su  caída.  Y  piensa  en  la  ropa  abandonada  en  el

               fondo del hueco del ascensor.
                    —Sí, sin duda —afirma—. Estoy segura.
                    —¿Te sirvió nuestra ayuda? ¿La ayuda del abuelo?
                    —Sin  vosotros  dos,  no  lo  habría  conseguido.  Dile  que  seguramente  ha

               salvado muchas vidas. Dile que Holly le da las gracias.
                    —Se lo diré. —Otra inhalación acuosa—. ¿Crees que hay más como él?
                    Después de Texas, Holly habría dicho que no. Ahora ya no está segura. El
               número  uno  representa  solo  la  unidad.  Cuando  hay  dos,  puedes  ver  el

               principio de una pauta. Guarda silencio un momento y luego da una respuesta
               en la que no cree necesariamente…, pero en la que quiere creer. El anciano





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