Page 136 - El retrato de Dorian Gray (Edición sin censura)
P. 136

experimentos.  Lo  que  tienes  que  hacer  es  destruir  esa  cosa  que  hay  arriba,

               destruirla para que no quede ningún vestigio de ella. Nadie vio a esta persona
               entrar en la casa. En realidad, en este momento se supone que está en París.
               Pasarán meses hasta que se le eche de menos. Y, cuando lo echen de menos,
               no podrá hallarse aquí la menor huella suya. Tú, Alan, tienes que convertirlo

               con todas sus pertenencias en un puñado de cenizas que puedan aventarse en
               el aire.
                    —Estás loco, Dorian.
                    —¡Ah! Estaba esperando que me llamaras Dorian.

                    —Te  digo  que  estás  loco;  loco  si  imaginas  que  movería  un  dedo  para
               ayudarte; loco por hacerme esta monstruosa confesión. No tendré nada que
               ver  con  este  asunto,  sea  el  que  sea.  ¿Crees  que  voy  a  poner  en  peligro  mi
               reputación por ti? ¿Qué puede importarme en qué demonios estés metido?

                    —Fue un suicidio, Alan.
                    _Me alegro. ¿Pero quién lo empujó a ello? Imagino que tú.
                    _¿Sigues negándote a hacer esto por mí?
                    —Por supuesto que me niego. No tendré absolutamente nada que ver. No

               me importa la vergüenza que caiga sobre ti. La mereces toda. No lamentaré
               verte hundirte en el escándalo, en el escándalo público. ¿Cómo te atreves tú,
               entre  todos  los  hombres  del  mundo,  a  pedirme  que  me  mezcle  con  este
               horror?  Pensaba  que  conocías  mejor  el  carácter  de  las  personas.  Tu  amigo

               lord Henry Wotton no te ha enseñado demasiada psicología, lo que quiera que
               sea lo que te haya enseñado además. Nada podría inducirme a dar un paso
               para ayudarte. Has acudido al hombre equivocado. Ve en busca de otros de
               tus amigos. No vengas a mí.

                    —Alan, fue un asesinato. Yo lo maté. No sabes lo que él me ha hecho
               sufrir. Lo que quiera que haya sido mi vida, él fue más responsable de crearla
               o arruinarla que el pobre Harry. Quizá no fuera su intención, pero el resultado
               fue ése.

                    —¡Asesinato!  ¡Cielo  santo!  Dorian,  ¿a  eso  has  llegado?  No  voy  a
               denunciarte. No es asunto mío. En todo caso, puedes estar seguro de que te
               arrestarán  sin  necesidad  de  que  yo  intervenga.  Nadie  comete  jamás  un
               asesinato sin hacer algo estúpido. Pero yo no tendré nada que ver con ello.

                    —Todo  lo  que  te  pido  es  que  hagas  un  experimento  científico.  Vas  a
               hospitales y a depósitos de cadáveres, y los horrores que realizas allí no te
               afectan. Si en alguna horrible sala de disecciones o algún fétido laboratorio, te
               encontraras  a  este  hombre  yaciendo  sobre  una  mesa  de  metal  con  rojos

               canales  abiertos  en  él,  simplemente  lo  contemplarías  como  un  objeto




                                                      Página 136
   131   132   133   134   135   136   137   138   139   140   141