Page 109 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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M itos  griegos e H istoriografía A ntigua                   121

     explicada por los historiadores, hacerla comprensible, lo es de una de­
     terminada forma o modelo para determinados fines o propósitos, a ve­
     ces no demasiado conscientes. En la medida en que esa finalidad pre­
     tende un manejo ideológico de una mayoría, de una pluralidad, el uso
     del tiempo histórico puede convertirse a su vez en ideología. Su fre­
     cuencia, su concurrencia, y su vigencia institucionalizada, pueden ele­
     varla a la categoría de Teoría histórica dentro de un sistema de creen­
     cias dominantes con una base conceptual común.
        La categoría temporal,  a pesar de  ser una de  las  coordenadas
     definitorias de la historia, no ha sido estudiada con la suficiente fre­
     cuencia por los teóricos de la historia, ni han ahondado en su problemá­
     tica. Un libro tan sistemático y complejo como el de J. Topolski apenas
     dedica unas páginas a la periodi^ación, omitiendo algo mucho más
     importante en el método: cómo usar el parámetro temporal en la inves­
     tigación.6 Los historiadores en su método aprovechan poco las posibi­
     lidades de la categoría temporal.7
        Sin embargo el uso de la temporalidad puede distinguir a los histo­
     riadores de otros científicos,8 aunque la postura de aquéllos no sea ho­
     mogénea: para unos el tiempo es producto de la historia;9 para otros, es
     el tiempo quien se impone a los hombres desde afuera. «Para el histo­
     riador, afirma Braudel, todo comienza y todo termina por el tiempo; un
     tiempo matemático y demiurgo sobre el que resultaría demasiado fácil
     ironizar; un tiempo que parece exterior a los hombres, exógeno, dirían
     los economistas, qüe les empuja, que les obliga, que les arranca de sus
     tiempos particulares de diferentes  colores:  el tiempo imperioso del
     mundo».10
        El tiempo de los historiadores habla de una realidad que se concre­
     ta. En ese discurso, para los filósofos, «el efecto del tiempo» puede ser

     6 J. Topolski, Metodología de la historia, Madrid 1982, 457-60; J. Glenison, Iniciaçâo aos
        estudos historicos, Sao Paulo 19772, 28-41. Por su parte C.F.S. Cardoso, Introducción al
        trabajo de la investigación histórica, Barcelona 1981,  195-216, no trata en extenso el
        problema del tiempo en el proceso de investigación, limitándose a hacer una reflexión que
        relaciona el tiempo de las ciencias y el tiempo histórico.
      7  En  el mismo sentido, A.C.  Danto, Analytical Philosophy of History, London  1965; R.
        Berkhofer, A behavioral approach to historical analysis, New York 1971, 211-142.
     8 Cardoso, op. cit.,  197
     9 P. Villar, «Historia marxista, historia en construcción. Ensayo de diálogo con Althuser», en
        Cardoso y Pérez Brignoli (eds.), Perspectivas de la historiografía contemporánea, México
        1976,  127 ss.
      10 F. Braudel, La historia y las ciencias sociales, Madrid 19702, 99.
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