Page 113 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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M itos griegos e  H istoriografía A ntigua                    125

     objetos de conocimiento (necesariamente más de uno o sub-unos) tra­
     bados entre sí, directa o indirectamente, en la que el tiempo es sólo el
     ritmo de los cambios (del mismo modo que el espacio es lo-que-une-
     los-objetos) y ambas categorías sólo participan, son parte, de un Todo,
     del Universo.
        Si    finalmente se define el tiempo como el ritmo de los cambios,
     hacerlo comprensible requerirá una manipulación física y/o una opera­
     ción manual mental selectiva (o viceversa, da igual). Mental o física­
     mente (en el puro razonar o en su traslación escrita) la categoría tempo­
     ral es utilizada por el sujeto. En Historia, como parte que es del conoci­
     miento objetivo (científico), el sujeto, el historiador, entre otras varia­
     bles debe usar también la temporal porque al ser categóricamente obje­
     tiva tiene por eso mismo la capacidad de convalidar y/o verificar algu­
     nos/los presupuestos iniciales. Debe integrarse pues en el proceso de
     conocimiento histórico, en el curso de la investigación (en la praxis),
     pero ¿de qué manera?


     El tiempo y  el método

     '   Espero haber razonado, no sé si suficiente o convincentemente, acerca
     de la necesidad que tiene el historiador de usar variables objetivas (y
     objetivables) en el proceso de investigación, y que entre esas variables
     objetivas está el tiempo. Acepto en general la idea de Mario Bunge
     acerca del tiempo en el sentido que éste es medida de lo dinámico. Pero
     es que la Historia es precisamente el estudio de una sociedad en cam­
     bio, dinámica-, y si aceptamos este axioma, tiempo e historia pueden
     ser equivalentes en determinados aspectos. Adelantando ideas que de­
     sarrollaré más adelante, el uso del tiempo puede equivaler al uso de la
     historia (y no voy a entrar aquí tampoco en discutir la necesidad de la
     literatura).
        La única forma de unir lo dinámico es trazar nexos relaciónales en­
     tre los diferentes acontecimientos. La medición de lo que hay entre es,
     también, en historia, una relación que puede medirse como algo con­
     creto. Intento decir con esto que hay algo del procedimiento gnoseológico
     de las ciencias físicas en la medición de la temporalidad histórica.
        Bagú ha delimitado tres dimensiones de la temporalidad en la praxis
     histórica:
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