Page 66 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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      cabra) Amaltea; XLVI, El relato de Jacinto·, XLVII, El relato de Marsías;
      XLVni, Los faunos-, IL, El relato de Ladón; L, Sobre Hera; LI, Oriôn;
      LII, Faetón.
        W. Nestle en las escasas páginas que dedica a Paléfato lo califica
      como «el tipo de teólogo de compromiso y mediación que se separa
      tanto de la fiel muchedumbre ingenua como de los completos incrédu­
      los».14 Presumiblemente todo lo que cuenta se basa en hechos ocurri­
      dos alguna vez. Que no haya una invención completa significa que tam­
      poco corresponde a una estricta realidad. La verdad estaría en un térmi­
      no medio imposible de calibrar. En un extremo estaría la visión ideali­
      zada de los acontecimientos: todos son hechos milagrosos, sobrenatu­
      rales, suprahumanos y heroicos; en el otro extremo, de racionalización
      radical, los mitos se revisan en todos sus detalles eliminado el elemento
      sobrenatural, que ya no se puede creer, que no necesita ser creído.
         Sin embargo la escasa repercusión que este tipo de obras tuvo me
      hace pensar que realmente correspondía más a actitudes personales y
      de circunstancias, que no lograron una ruptura completa con la tradi­
      ción religiosa.  El  impulso  racionalista que había comenzado  con
      Jenófanes en el siglo VI y los logógrafos jonios,15 tuvo continuidad
      durante dos siglos hasta este ultimo cuarto del siglo IV, pero sin haber
      arraigado fuertemente. La «maquinaria mítica»16 era uno de los pilares
      ideológicos que sustentaban el edificio de la paideia griega.
        Poco después de Paléfato, arrebatándole el mérito que le correspon­
      de, es Evémero de Mesene,17 escritor de los últimos años del siglo IV,
      quien da nombre a la teoría interpretativa de los mitos (el evemerismo)
      que sistematiza globalmente, en un texto más novelesco que científico,
      la idea de que los dioses no eran otra cosa que personajes históricos de
      un pasado mal recordado y magnificados por una tradición fantasiosa,
      donde por ejemplo las luchas de los dioses se reducen a simples intrigas
      palaciegas. Evémero, en su Escrito sagrado (Hierá anagrafé)18 cuenta

      14 W. Nestle, Vom Mythos zum Logos, Stuttgart 1940, 148; Id., Historia del Espíritu Griego,
        Barcelona 19813, 84.
      15 W. Nestle, Historia, 79 ss.; Leski, op. cit. 243 ss.; L. Pearson, The Early Ionian Historians,
        Oxford 1939, y J. Caro Baraja, La aurora del pensamiento antropológico, Madrid 1983,
        39-47.
      16 F. Jesi, Mito, Barcelona 1976,133 ss.
      17 W. Nestle, Historia, 277 ss.; y G. Vallauri, Euemero di Messene, Torino 1956, con introduc­
        ción y comentario.
      18 Jacoby, Fr. Hist. Gr., 63.
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