Page 96 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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M itos griegos e H istoriografía A ntigua                    105
        Decididamente afirma Meyer que las historias de los distintos pue­
     blos, estados y naciones son partes de la historia general, paites que
     pueden ser objeto de estudio por separado, pero que no es posible con­
     siderar aisladamente al margen de la trabazón universal en que se ha­
     llan engarzadas. Toda investigación histórica tendrá, por muy reducida
     y detallada que sea, como fundamento y meta la historia universal.6
     Esta idea no sólo es una negación de la individualidad histórica, sino
     que rebasa los límites de pueblo y nación, de cuya particularización no
     se pueden sacar leyes generales. Esta tendencia de presentar las unida­
     des geográficas, los países o continentes como fundamentos decisivos
     de la historia, surge de los trabajos de F. Ratzel, quien utiliza sobre todo
     la dimensión espacial y los elementos políticos definiendo así el con­
     cepto de «kulturzone» o «área de cultura» ( Völkerkunde, 1,20-30), de­
     sarrollado después por investigadores norteamericanos como Franz Boas.
     Frente a esto, Eduard Meyer se acoge a la idea de «ciclo cultural» cuyo
     concepto,  más profundo,  encierra una idea de la relación de lo que
     ocurre en un tiempo determinado, en un espacio determinado que ten­
     ga validez histórica demostrable,  y a su vez  lo dota de un  sentido
     universalizador.7
        La noción de «ciclo de cultura» en etnología tiene sus precedentes
     en Bastian y Ratzel. Bastian sostenía la unidad psíquica de la humani­
     dad y afirmaba que estas formas básicas de pensamiento se desarrollan
     de forma independiente en cada sociedad y cada cultura, admitiendo
     que esas ideas elementales («Elementargedanken») pueden ser modifi­
     cadas por el medio, es decir, por la provincia geográfica («Geographische
     Provinz»).  Este concepto, ya elaborado científicamente por Ritter y
     Humboldt, es definido y determinado por F. Ratzel en lo que él denomi­
     na «ikulturzone», una dimensión espacial pero también cultural, pues
     explica la organización social cultural de esas sociedades como un efecto
     del espacio de su propia «tradición conceptual» ( Völkerkunde, 1,1-100).
     Ya Leo Frobenius, investigador empírico que desarrolló su trabajo en
     África,8habla de «ciclo», «círculo» o «forma de cultura», concibiendo


     6 GA. Lehmann, «Laperception de l’époque hellénistique dans l’historiographie universelle
        d’Eduard Meyer», Ane. Soc, 24,1993,243-257.
     7 J. Caro Baroia. Los fundamentos del pensamiento antropológico moderno, Madrid 1985.
        104-105.  '
     8 L. Frobeni us, Kulturgeschichte Africas. Prolegomena zur einer Historischen Gestaltlehre,
        Zurich-Viena 1933.
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