Page 150 - Abrázame Fuerte
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Capítulo 24
Un roce apenas, un contacto eléctrico,
un apretón conspirativo, una mirada,
un palpitar del corazón
gritando, aullando con silenciosa voz.
NICOLÁS GUILLÉN
Lunes por la tarde, en la casa de Marcos
Marcos ha limpiado y ordenado su habitación porque no quiere que Estela se
lleve una mala impresión de él. Es la primera vez que lo hace desde que se han
mudado, pero lo que él no sabe es que a la chica le da un poco igual. El desorden
es una cosa que tienen en común. Si Marcos viera su habitación la entendería,
porque parece una de esas tiendas de mercadillo donde toda la ropa está apilada
en un montón desordenado.
Marcos y Estela se han sentado en el centro del cuarto. El chico, con su
guitarra en el regazo, rasga los primeros acordes de una vieja canción que
compuso hace dos veranos. Estela escucha muy atenta.
—¿Te gusta?
—Sí, mucho… ¿Tiene letra? —Marcos busca entre sus libretas una hoja vieja
y arrugada. Es la partitura de la canción. Está llena de borrones. La muchacha la
mira como si fuese un pergamino viejo. Su amigo vuelve a tocar la canción
canturreando por encima. Estela le sigue, intentando afinar.
« No suena nada mal —piensa él, mientras canta y oye la segunda voz de
Estela que se mezcla con la suya—. Tiene muy buen oído: aún no ha escuchado
toda la canción y parece que se la sepa» . Estela se concentra en el sonido de la
guitarra y la voz de Marcos, y su mirada navega por la partitura. La verdad es
que está disfrutando un montón. En momentos así se siente realmente libre, sin la
necesidad de pensar en nada. Sólo la música y ella.
La tarde transcurre lenta. Los chicos han entrado en un bucle muy especial.
Como en una especie de burbuja en cuyo interior se oye música. Estela coge una