Page 62 - Abrázame Fuerte
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manera de los equipos de baloncesto cuando está a punto de comenzar el partido
      decisivo.

      En ese mismo instante, en otro lugar de la ciudad
      Con un albornoz azul, bien afeitado y perfumado, Sergio pasa por el comedor.
      Manu, su primo, está jugando nervioso a la Play Station. Se conocen tanto que, a
      veces, les bastan pocas palabras para entenderse. De hecho, su convivencia es
      bien fácil. Manu se encarga de tirar la basura, y Sergio hace todo lo demás: la
      compra, barrer, fregar los platos, limpiar la cocina y el baño…
        —Huele a nubes… ¿No hueles a nubes? —pregunta Manu, con la vista fija en
      la pantalla.
        —Tengo una cita con la chica del Facebook.
        Manu estalla en risas.
        —Ya  decía  yo…  Tanto  desodorante…  ¡Si  es  fea,  no  te  quejes!  ¡Todo  el
      mundo sabe que no se es tan feo como en la foto del DNI, ni tan guapo como en
      la foto del Facebook!
        A Sergio se le dibuja una pequeña sonrisa en la cara.
        —¿Quieres venir? Hemos quedado en el Piccolino.
        —¿El Piccolino? ¿Me lo dices en serio? Pero ¡si íbamos allí cuando teníamos
      quince años!
        Manu detiene el juego y mira a su primo esperando una respuesta.
        —Lo sé. Pero me han citado allí —contesta Sergio, algo avergonzado.
        —Entonces me interesa. Voy contigo. Nos reiremos un rato —se burla Manu
      —. Yo ya estoy preparado. Por mí, como si vamos ahora mismo.
        —Vale, aunque he quedado dentro de una hora.
        —Mejor. Así nos tomamos unas cañas y vemos cómo está el patio. Y, cuando
      ella llegue, si no te gusta, pues así tienes una excusa para marcharte. Moi!
        Manu se señala de manera exagerada y alza las cejas un par de veces, de un
      modo muy gracioso. Sergio sonríe. Aunque aparente ser un tipo duro, en realidad
      su primo es lo más parecido a un animal doméstico. Siempre que tenga la Play
      Station, claro.
      En otro lugar de la ciudad
      Silvia  camina,  absorta  en  sus  pensamientos.  Todo  lo  que  está  pasando  la  hace
      sentir  muy  extraña.  A  veces  se  siente  como  un  saco  de  boxeo  al  que  todo  el
      mundo golpea, un saco al que zarandean, y que se mueve sin saber exactamente
      en qué dirección. Aunque ella se cree muy resistente a cualquier tipo de golpe,
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