Page 65 - Abrázame Fuerte
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es uno de esos días en los que no debería haber salido de la cama» .
        Al cabo de algunos minutos entran Bea, Ana y Estela. Ésta es la primera que
      corre a buscar un buen sitio. Decide que lo mejor será que se sienten a una de las
      mesas que hay junto a la entrada. Las Princess  acostumbran  a  sentarse  en  el
      fondo  del  local,  pero  esta  vez  es  especial:  esperan  a  Sergio,  y  Estela  quiere
      asegurarse  de  que  Bea  lo  reconozca  al  entrar,  y  él  no  la  pille  por  sorpresa
      viéndola primero.
        Silvia, que está de espaldas a la puerta, enfrascada en la conversación que
      mantiene con los dos chicos, no las ve.
        Pasa  el  tiempo,  Ana  y  Estela  empiezan  a  impacientarse  pero  no  pueden
      demostrarlo  delante  de  Bea.  A  su  vez,  unas  mesas  más  allá,  Silvia  también
      empieza a incomodarse: se divierte mucho hablando con Sergio y su primo, pero
      no deja de pensar que esa cita, en realidad, era la de su amiga Bea. ¿Qué habrá
      pasado? ¿Por qué no han llegado? Coge el móvil del bolsillo de su abrigo y se
      disculpa ante los chicos diciendo que debe ir un momento al baño.
        Cuando  Silvia  se  levanta,  Estela  la  reconoce,  y  no  tarda  ni  un  segundo  en
      reaccionar. Se levanta en seguida y la sigue al baño.
        —Silvia, ¿estás ahí? —susurra al abrir la puerta del cuarto.
        —¿Estela? —contesta Silvia, que sale de uno de los baños con el móvil en la
      mano—. ¡Os estaba llamando!
        —¿Desde cuándo estás aquí?
        —¡Llevo un montón de rato! He llegado temprano y… me he encontrado a
      Sergio. Está con su primo, en una de las mesas del rincón. ¿Ha llegado Bea?
        —¡Sí! —exclama Estela—. ¡Nos hemos puesto en la entrada para que ella lo
      viera nada más entrar!
        —¿Qué hacemos? Tal y como se puso por lo de Facebook, Bea me va a matar
      por esto…
        —¡Improvisación, improvisación! Vamos, Estela —se dice la chica—, eres la
      reina de la improvisación… ¡Piensa!
        Entonces, presenta la primera opción:
        —Vale, yo ahora vuelvo con Bea y Ana, y tú le dices a Sergio que Bea está a
      la entrada. Dile que se levante y vaya para allá y se presente sin decirle nada de
      ti, ¡que era una sorpresa! ¡Y tú escóndete, que no te vea! Entonces…
        Silvia le corta el discurso con la palma de la mano.
        —No,  no,  Estela.  El  camino  más  sencillo  siempre  es  el  mejor:  la  verdad.
      Estoy harta de liarla.
        Silvia le cuenta su plan. Su amiga se queda pensativa unos instantes.
        —De acuerdo, lo haremos como tú dices.
        Pocos instantes después, Estela vuelve a la mesa con sus amigas. Ana le lanza
      miraditas, está de los nervios.
        A su vez, Silvia se planta delante de los chicos y, sin sentarse siquiera, les dice:
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