Page 64 - Abrázame Fuerte
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plantaré en el Piccolino. —Silvia quiere cambiar su suerte, y para ello cambia de
actitud radicalmente—. Pase lo que pase hoy, estará bien, y yo no tendré la
culpa» .
Mientras, en casa de Bea
Ana y Estela se han presentado por sorpresa. Bea les agradece la visita, y se
ponen a hablar de Sergio. Sus dos amigas consiguen que se dé cuenta de que su
enfado con Silvia es injusto. Lo que le pasa a Bea es que tiene miedo de empezar
una relación, ilusionarse y volver a llevarse una decepción. Lo pasó muy mal
con Pablo, el primer chico de quien se enamoró. Pero, tras la charla con las dos
Princess, decide apostar por Sergio: es un chico muy especial. Y decide también
que le debe una disculpa a Silvia: entiende que Sergio la agregara al Facebook.
Después de todo, ¡es amiga de ella! También es una manera de conocer mejor a
Silvia.
Ana y Estela la convencen para salir un rato.
—Tienes que ponerte guapa —le ordena Estela—. Ponerse guapa y que te
miren y piropeen los chicos en la calle… ¡es infalible para que te suba el ánimo!
Bea se ríe, y Estela le guiña un ojo a Ana, quien suspira aliviada. « Esta noche
puede ser perfecta» .
Estela piensa casi lo mismo: « Esta noche será perfecta, ¡seguro!» .
Media hora después, en el Piccolino
Silvia ha llegado la primera. Ha preferido ir con tiempo y tomarse una clara, con
tranquilidad, antes de que lleguen las chicas y deba enfrentarse a los morros que
le va a poner Bea y, lo que es peor, a la cita de ésta con Sergio. Hay poca gente
aún. Silvia pasa entre las mesas y se sienta a una del rincón. Se quita el abrigo y
lo dobla con cuidado para dejarlo encima de una silla cuando, de repente, alguien
se le acerca y, detrás de ella, una voz le pregunta:
—¿Silvia?
La chica se vuelve. Es… ¡Sergio! Pero ¿qué hace él aquí ya? ¡Es imposible!
¡Aún no es la hora! La chica es incapaz de decir nada.
Algunos podrían pensar que es una cuestión del destino, o de suerte; otros, que
es pura casualidad, un hecho fortuito, o un accidente… Pero lo cierto es que
Sergio ha acudido a la cita demasiado pronto, igual que ella.
Sergio le presenta a su primo Manu, y ambos la invitan a que se siente con
ellos. Silvia sonríe todo el rato, pero lo cierto es que se siente como un pájaro
enjaulado. Da un sorbo a la clara y se resigna: « Lo que tenga que ser, será. Hoy