Page 85 - El nuevo zar
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vida.»[49] El coronel Leshchev, que había sido su superior en el cuartel
general del KGB en Leningrado, dijo que la dimisión de Putin fue más
pragmática que idealista. «No había perspectivas y, en general, no estaba
claro qué sucedería con el servicio de inteligencia.»[50] Fue un riesgo
calculado. Si el golpe de Estado hubiese triunfado, podría haber afrontado un
arresto. Como mínimo hubiese quedado desempleado seguro, tras su
renuncia. Así las cosas, esperó hasta que las fuerzas se inclinaron contra el
golpe de Estado. Leonid Polojov, que estudió Derecho con él en la
Universidad Estatal de Leningrado y luego se convirtió en un fiscal militar
que expuso los terribles rituales de iniciación para los militares soviéticos
durante la época de la glásnost, quedó estupefacto cuando supo que su amigo
había dejado el servicio. «Volodia me sorprendió enormemente dos veces: la
primera vez, cuando se unió al KGB, y la segunda, cuando lo dejó», dijo.[51]