Page 88 - El nuevo zar
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otra  cosa  antes.  Le  pidió  a  Shadjan  que  trazara  un  perfil  del  personal  del
               alcalde  de  Leningrado.  Rozhdéstvenski,  que  luego  pondría  en  marcha  una
               productora de televisión llamada Russian Video, pensaba que eso sería bueno
               para los negocios, puesto que ahora el alcalde era dueño efectivo de la cadena,

               y  le  sugirió  a  Shadjan  comenzar  con  un  asesor  que  tuviera  una  posición
               importante.

                    «¿Quién es este Putin?», preguntó Shadjan.[1]


                    Cuando Shadjan regresó de Norilsk ese otoño, de pronto su ciudad natal
               había cambiado: ya no estaba controlada por el Partido Comunista, sino por
               los demócratas. El colapso del golpe de Estado de agosto aceleró el derrumbe

               de la Unión Soviética, por entonces ya en sus semanas finales de existencia.
               Los conspiradores fueron arrestados, incluido Vladímir Kriuchkov, el director
               del  KGB,  que  subsiguientemente  se  fragmentaría  en  varios  departamentos

               bajo el control político de los nuevos líderes de Rusia. El Quinto Directorio
               Principal, que cazaba disidentes, fue abolido. Gorbachov regresó a su puesto,
               pero  como  presidente  de  un  país  que  ahora  se  descentralizaba  en  quince

               estados  separados.  El  Parlamento  ruso  en  Moscú  —compuesto  por  el
               Congreso de los Diputados del Pueblo y un Sóviet Supremo más pequeño, de
               doscientos  cincuenta  y  dos  miembros—  era  ahora  el  poder  legislativo

               indiscutible del lugar. El 6 de septiembre ratificó formalmente los resultados
               del referéndum que Leningrado había realizado tres meses antes. La ciudad,
               una vez más, se convirtió en San Petersburgo, como la había bautizado Pedro

               el Grande casi tres siglos antes. Sobchak presidió una celebración formal para
               rebautizarla el 7 de noviembre, día del septuagésimo cuarto aniversario de la

               Revolución rusa, que escogió explícitamente como fecha para ello.

                    Boris  Yeltsin,  como  presidente  de  la  nueva  Rusia,  había  proscrito  el
               Partido  Comunista  después  del  golpe  de  Estado,  y  Sobchak  utilizó  cada
               oportunidad que se le presentó para enterrar el partido también en su ciudad.

               Se apropió del poder del partido, sus activos e infraestructura, incluidas sus
               oficinas centrales en el Instituto Smolni, el convento del siglo  XVIII y luego

               academia de niñas en que Lenin había establecido su Gobierno bolchevique.
               El emblemático edificio barroco ahora se convirtió en su oficina. La acción
               simbolizaba  «la  victoria  de  las  fuerzas  democráticas»  en  una  nueva  Rusia,

               pero también indicaba la «intención de Sobchak de apropiarse de poder real
               en el principio mismo de la era poscomunista».[2]
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