Page 142 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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EL MIEDO A PERDER EL CONTROL




                                                   EL CASO DE ALBERTO


                 Alberto  trabaja  de  director  de  comunicación  en  una  multinacional  y  es
                 destinado a México. Antes de irse, visita mi consulta porque se nota triste,
                 pero ignora el motivo. Como se va a los dos días, le pido que me escriba
                 desde allí para ver si es algo pasajero o no.
                    Estudiando su caso me doy cuenta de que es una persona excesivamente
                 controladora  sobre  su  vida,  sobre  lo  que  siente,  lo  que  expresa  o  lo  que
                 muestra hacia los demás. Su relación de pareja se parece más una relación
                 laboral  que  a  una  afectiva.  Son  ejecutivos  los  dos,  tanto  en  el  ámbito
                 profesional  como  emocional.  No  han  querido  tener  hijos  porque  no  han
                 encontrado  el  momento  para  ello,  debido  a  la  intensidad  del  trabajo  de
                 ambos. Nunca se les ve tener un momento de bajón, siempre llevan puesta
                 una  sonrisa  casi  perfecta.  Alberto  mantiene  un  estatus  de  control  sobre  sí
                 mismo,  nada  le  inmuta  o  altera.  Cuando  indago  sobre  la  causa  de  su
                 tristeza, me contesta:
                    —Nada, la tristeza es de débiles.
                    Añado:
                    —¿Y algo que te emocione?
                    Me responde:
                    —Quizá hablar con mi padre y pasar tiempo con él.
                    Con  Alberto  las  respuestas  son  vagas  al  ahondar  en  estas  cuestiones.
                 Intenta  mantener  un  absoluto  control  sobre  sí  mismo  y  sobre  lo  que  me
                 transmite.  Si  no  está  muy  contento,  sonríe.  Siempre  muy  correcto.  Mis
                 palabras antes de despedirnos en consulta son:
                    —Si  sigues  así,  te  vas  a  romper  porque  toda  persona  que  está
                 permanentemente          controlándose,       en    un     momento        dado,     acaba
                 desmoronándose.
                    Unos meses más tarde recibo un correo electrónico en el que me comenta
                 que está bien y que en vacaciones su idea es volver a España. Le indico que
                 si quiere venir a consulta cuando esté en España, pero él considera que no
                 es necesario porque se encuentra estable.
                    Un día, durante el mes de julio, estando yo en consulta, la enfermera me
                 indica  que  Alberto  me  está  llamando  por  teléfono  y  que  se  trata  de  algo
                 muy urgente. Interrumpo la sesión y salgo para hablar con él. Al otro lado
                 del  teléfono,  Alberto,  jadeante  y  nervioso,  me  dice  alterado  que  algo  le
                 pasa:
                    —Estamos en Málaga, en plenas vacaciones. Esta mañana al subirme a un
                 taxi empecé a encontrarme mal, no podía respirar con normalidad.


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