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Más allá del aula III: Experiencias y reflexiones docentes
dada por la inclusión del pensamiento crítico, el pensamiento
latinoamericano y la lecto-escritura, sino también por el tipo de
relación educativa que se establece entre estudiantes y docentes. Si
desde el pensamiento crítico se espera que los estudiantes puedan
ser capaces de analizar, reflexionar y tomar una posición acerca de
las situaciones presentes en la sociedad, las prácticas educativas
que realicemos en el aula deben permitir a los estudiantes la
realización de estas actividades, lo que solamente se logra con
prácticas discursivas basadas en el diálogo y el consenso, no a
través de imposiciones o coerciones. A su vez, si desde el
pensamiento latinoamericano se pretende que los estudiantes
valoren las ideas sobre el mundo producidas por los pensadores de
Nuestra América, es necesario que las prácticas educativas valoren
el ejercicio de su propio pensamiento y la comunicación y debate
de sus ideas. Y si se espera que los estudiantes mejoren su
habilidad para comunicar sus ideas en forma escrita, las prácticas
educativas deben permitirles reflexionar sobre sus habilidades,
compartirlas con otros y darles sentido y aplicación efectiva a
través de su debate y posterior publicación.
Estas ideas generales, basadas en el concepto de aprendizaje
dialógico planteado por Skovsmose (2012), revelan que el manejo
de múltiples subjetividades en la clase no puede ser comprendido
como una fórmula definida, dado que nunca se sabe de antemano el
camino que pueda tomar un diálogo real. Lo que se puede plantear
sobre este aspecto es que cuando las prácticas educativas permiten
la puesta en juego de las múltiples subjetividades de quienes en
ellas intervienen (estudiantes y docentes) es posible esperar un
proceso educativo que posibilite el desarrollo de tales
subjetividades y, por tanto, que se constituyan aprendizajes reales y
significativos.
Con respecto a las implicaciones teóricas que pueda tener este
concepto de sujeto, es posible arriesgar algunos elementos
preliminares, dado que esta cuestión resulta mucho más profunda
que lo que en este espacio se puede abordar. Si bien Ramírez
(2014) planteó dentro de los cuatro pilares del Círculo la dimensión
cognitiva-psicológica de los estudiantes de primaria y bachillerato,
no hizo mayor referencia a lo que podría entender por esta, por lo
que mi pretensión aquí es realizar algunos aportes que permitan
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