Page 33 - MARX DOSCIENTOS AÑOS DESPUÉS (2018)
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Marx: doscientos años después (1818-2018)

            Es la lucha por ser, por existir, porque “allí donde el principio
            monárquico  es  mayoría,  los  hombres  están  en  minoría,  allí
            donde no se pone en duda, allí donde ni siquiera se discute,
            no hay hombres” (Marx, 1983, p. 106) y esto significa que
            sólo  existe  el  poder  del  gobernante  por  encima  de  los
            gobernados; que se impone lo que quiere cada gobierno sobre
            el pueblo que en su mayoría está constituido por trabajadores
            que van siendo sometidos a la dictadura política, económica o
            religiosa  y  que  el  pueblo  -los  obreros-  van  aceptando  sin
            protestar,  siendo  manipulados  por  el  sistema  político  y  los
            medios  de  comunicación  al  servicio  del  capitalismo,  el
            neoliberalismo y los dueños del capital.

            La burguesía y el capital industrial, buscan que el hombre, el
            obrero  no  luche  por  sus  ideales,  por  su  deseo  de  ser  libre
            como lo planteó K. Marx y logre establecer sistemas políticos
            en los  que  ellos  sean los  protagonistas.  Por el  contrario, se
            establecen políticas que llevan al hombre al sin sentido de las
            luchas políticas, pero sí orientando en él su transformación en
            un  “homo  consumens,  el  consumidor  total,  cuya  única
            finalidad  es  tener  más  y  usar  más.  Esta  sociedad  produce
            muchas  cosas  inútiles  y,  en  igual  proporción,  mucha  gente
            inútil” (Fromm, 2008, p. 47), situación que se ha constituido
            en  una  política  a  nivel  global  en  la  que  las  personas  sin
            importar la condición de vida, son llevadas a la vorágine del
            mercado donde el que gana es el burgués, el capitalista que
            ha convertido al mundo, y al hombre en explotados, bajo el
            signo de sumisión a la mercancía.
            De  esta  forma  el  gran  capital  se  va  consolidando  con  el
            despojo,  no  ya  de  la  tierra  y  posesiones,  sino  de  la  misma
            condición  humana  hasta  convertir  a  los  hombres  en  lo  que
            manifestaron  Marx  y  Engels.  “el  lumpen  proletario,  ese
            producto pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de
            la vieja sociedad” (Marx, Engels, 2002, p. 65).




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