Page 30 - MARX DOSCIENTOS AÑOS DESPUÉS (2018)
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Marx: doscientos años después (1818-2018)
“el ser humano no puede definirse sino partiendo de su
existencia, es decir de su posibilidad de ser o de no ser. La
existencia auténtica del hombre no es un hecho si no la
preocupación de ser” (Garaudy, 1970, p. 60), y es eso,
precisamente, lo que se le niega a cada trabajador, a cada
obrero, el poder ser humano a partir de su labor cotidiana.
El asalariado sabe que es explotado y maltratado por sus
empleadores, con el argumento que ellos dan la posibilidad al
obrero de desempeñar un oficio con la contraprestación de un
salario que casi nunca alcanza a cubrir sus necesidades.
Teniendo como excusa la producción, y la dictadura del
mercado que es lucrativo y especulativo en el que unos se
benefician, -los que tienen los medios y los modos de
producción- y son quienes acaparan las ganancias y otros -los
obreros- no se benefician de su trabajo. La afirmación de
Heidegger sobre el hombre refleja la realidad del proletario
en esta existencia. “El desamparo es el hombre emergente en
la nada, el que se haya arrojado en medio de su posibilidad,
su surgimiento carece de razón, es radicalmente contingente,
absurdo” (Garaudy, 1970, p. 60).
Así, para Heidegger el hombre es una posibilidad. Para el
marxismo es una posibilidad frustrada y debe tomar la
dirección de su existencia y de su ser, para llegar a ser
verdaderamente humano; plantea entonces la lucha de clases
donde el obrero tiene las herramientas para lograr su estatus
de hombre consolidando su propuesta de lucha
revolucionaria. Como lo dijo K. Marx y se afirma como
proyecto, según Heidegger cuando
(…) el hombre se lanza hacia lo posible, pero eso es lanzarse
al vacío, hacia lo que todavía no es, puesto que él está
cercado por la nada, nuestro porvenir se inscribe en la nada.
Por nuestros <proyectos> el mundo adquiere un sentido,
gracias al hombre, que, por su parte, no tiene sentido.
(Garaudy, 1970, p. 61)
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