Page 121 - El Hobbit
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fronteras de las tierras salvajes, expuesto a todo, dondequiera que vayas. Antes
de que pudieras bordear el Bosque Negro por el norte, te encontrarías justo entre
las laderas de las Montañas Grises, plagadas de trasgos, hobotrasgos y orcos de la
peor especie. Antes de que pudieras bordearlo por el sur, te encontrarías en el
país del Nigromante; y ni siquiera tú, Bilbo, necesitas que te cuente historias del
hechicero negro. ¡No os aconsejo que os acerquéis a los lugares dominados por
esa torre sombría! Manteneos en el sendero del bosque, conservad vuestro
ánimo, esperad siempre lo mejor y con una tremenda porción de suerte puede
que un día salgáis y encontréis los Pantanos Largos justo debajo; y más allá,
elevándose en el este, la Montaña Solitaria donde habita el querido viejo Smaug,
aunque confío en que no os esté esperando.
—Muy consolador de tu parte, puedes estar seguro —gruñó Thorin—. ¡Adiós!
¡Si no vienes con nosotros es mejor que te largues sin una palabra más!
—¡Adiós entonces, esta vez de verdad adiós! —dijo Gandalf, y dando media
vuelta, cabalgó hacia el oeste; pero no pudo resistir la tentación de ser el último
en decir algo, y cuando aún podían oírlo, se volvió y llamó poniendo las manos a
los lados de la boca, oyeron la voz débilmente—: ¡Adiós! Sed buenos, cuidaos, ¡y
no abandonéis el sendero!