Page 248 - El Hobbit
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                      El viaje de vuelta
      C uando  Bilbo  se  recobró,  se  recobró  literalmente  solo.  Estaba  tendido  en  las
      piedras planas de la Colina del Cuervo, y no había nadie cerca. Un día despejado,
      pero frío, se extendía allá arriba. Bilbo temblaba y se sentía tan helado como una
      piedra, pero en la cabeza le ardía un fuego.
        « Me pregunto qué ha pasado» , se dijo. « De todos modos, no soy todavía uno
      de los héroes caídos; ¡pero supongo que todavía hay tiempo para eso!» .
        Se sentó, agarrotado. Mirando hacia el valle no alcanzó a ver ningún trasgo
      vivo. Al cabo de un rato la cabeza se le aclaró un poco, y creyó distinguir a unos
      elfos que se movían en las rocas de abajo. Se restregó los ojos. ¿Acaso había aún
      un  campamento  en  la  llanura,  a  cierta  distancia,  y  un  movimiento  de  idas  y
      venidas alrededor de la Puerta? Los enanos parecían estar atareados removiendo
      el  muro.  Pero  todo  estaba  como  muerto.  No  se  oían  llamadas  ni  ecos  de
      canciones. De algún modo, había una tristeza en el aire.
        —¡Victoria después de todo, supongo! —dijo sintiendo el dolor de cabeza—.
      Bien, la situación parece bastante sombría.
        De súbito, descubrió a un hombre que trepaba y venía hacia él.
        —¡Hola, ahí! —llamó con voz vacilante—. ¡Hola, ahí! ¿Qué ocurre?
        —¿Qué voz es la que habla entre las rocas? —dijo el hombre, deteniéndose y
      atisbando alrededor, no lejos de donde Bilbo estaba sentado.
        ¡Entonces  Bilbo  recordó  el  anillo!  « ¡Que  me  aspen!  —pensó—.  Esta
      invisibilidad tiene también sus inconvenientes. De otro modo hubiera podido pasar
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