Page 248 - El Hobbit
P. 248
18
El viaje de vuelta
C uando Bilbo se recobró, se recobró literalmente solo. Estaba tendido en las
piedras planas de la Colina del Cuervo, y no había nadie cerca. Un día despejado,
pero frío, se extendía allá arriba. Bilbo temblaba y se sentía tan helado como una
piedra, pero en la cabeza le ardía un fuego.
« Me pregunto qué ha pasado» , se dijo. « De todos modos, no soy todavía uno
de los héroes caídos; ¡pero supongo que todavía hay tiempo para eso!» .
Se sentó, agarrotado. Mirando hacia el valle no alcanzó a ver ningún trasgo
vivo. Al cabo de un rato la cabeza se le aclaró un poco, y creyó distinguir a unos
elfos que se movían en las rocas de abajo. Se restregó los ojos. ¿Acaso había aún
un campamento en la llanura, a cierta distancia, y un movimiento de idas y
venidas alrededor de la Puerta? Los enanos parecían estar atareados removiendo
el muro. Pero todo estaba como muerto. No se oían llamadas ni ecos de
canciones. De algún modo, había una tristeza en el aire.
—¡Victoria después de todo, supongo! —dijo sintiendo el dolor de cabeza—.
Bien, la situación parece bastante sombría.
De súbito, descubrió a un hombre que trepaba y venía hacia él.
—¡Hola, ahí! —llamó con voz vacilante—. ¡Hola, ahí! ¿Qué ocurre?
—¿Qué voz es la que habla entre las rocas? —dijo el hombre, deteniéndose y
atisbando alrededor, no lejos de donde Bilbo estaba sentado.
¡Entonces Bilbo recordó el anillo! « ¡Que me aspen! —pensó—. Esta
invisibilidad tiene también sus inconvenientes. De otro modo hubiera podido pasar