Page 103 - El Señor de los Anillos
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—Entonces volarás —dijo Pippin—. No podrás cortar camino a pie por estos
campos.
—De cualquier modo el trayecto será más corto —respondió Frodo—.
Balsadera está al sudeste de Casa del Bosque, pero el camino tuerce hacia la
izquierda; puedes ver allí una parte que va hacia el norte. Bordea a Marjala por el
extremo norte y se une a la calzada del puente en Cepeda. Se desvía muchas
millas. Podríamos ahorrarnos un cuarto de camino si trazásemos una línea recta
de aquí a Balsadera.
—Los atajos cortos traen retrasos largos —arguyó Pippin—. El campo es
escabroso por aquí y hay pantanos y toda clase de dificultades en Marjala.
Conozco la región. Y si lo que te preocupa son los Jinetes Negros, no creo que sea
mejor encontrarlos en un bosque o en el campo que en el camino.
—Es más difícil encontrar gente en bosques y campos —respondió Frodo—.
Y si se supone que estás en el camino, es posible que te busquen allí y no fuera.
—Muy bien —dijo Pippin—, te seguiré por pantanos y zanjas. ¡Será muy
duro! Había descontado que llegaríamos a La Perca Dorada, en Cepeda, antes de
la caída del sol. La mejor cerveza de la Cuaderna del Este, o así era antes. Hace
tiempo que no la pruebo.
—¡He aquí la razón! —dijo Frodo—. Los atajos cortos traen retrasos largos;
pero las posadas los alargan todavía más. Te mantendremos alejado de La Perca
Dorada, a toda costa. Tenemos que llegar a Balsadera antes que anochezca. ¿Qué
te parece, Sam?
—Iré con usted, señor Frodo —dijo Sam, a pesar de sus dudas y de lamentar
profundamente perder la mejor cerveza de la Cuaderna del Este.
—Bueno, si tenemos que luchar con pantanos y zarzas, partamos en seguida
—dijo Pippin.
Hacía casi tanto calor como en la víspera, pero unas nubes comenzaron a
levantarse en el oeste. Parecía que iba a llover. Los hobbits descendieron por una
verde barranca empinada, ayudándose con pies y manos y se internaron en la
espesura de la arboleda. El itinerario que habían elegido dejaba Casa del Bosque
a la izquierda y atravesaba oblicuamente los bosques en la falda oriental de la
colina hasta las planicies del lado opuesto. Luego podrían seguir en línea recta
hasta Balsadera, a campo abierto, aunque cruzando unos pocos alambradas y
zanjas. Frodo estimó que tendrían que caminar dieciocho millas en línea recta.
No tardó en comprobar que el matorral era más espeso y enmarañado de lo
que parecía. No había sendas en la maleza y no podrían ir muy rápido. Cuando
llegaron al fin al pie de la barranca, se encontraron con un arroyo que bajaba de
las colinas; el lecho era profundo, los bordes empinados y resbaladizos, cubiertos
de zarzas y cortaba de modo muy inoportuno la línea que se habían trazado. No