Page 215 - El Señor de los Anillos
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sobre los prados de hierbas.
       De nuevo ella huyó, pero él vino rápidamente,
       ¡Tinúviel! ¡Tinúviel!
       La llamó por su nombre élfico
       y ella se detuvo entonces, escuchando.
       Se quedó allí un instante
       y la voz de él fue como un encantamiento,
       y el destino cayó sobre Tinúviel
       y centelleando se abandonó a sus brazos.
       Mientras Beren la miraba a los ojos
       entre las sombras de los cabellos
       vio brillar allí en un espejo
       la luz temblorosa de las estrellas.
       Tinúviel la belleza élfica,
       doncella inmortal de sabiduría élfica
       lo envolvió con una sombría cabellera
       y brazos de plata resplandeciente.
       Larga fue la ruta que les trazó el destino
       sobre montañas pedregosas, grises y frías,
       por habitaciones de hierro y puertas de sombra
       y florestas nocturnas sin mañana.
       Los mares que separan se extendieron entre ellos
       y sin embargo al fin de nuevo se encontraron
       y en el bosque cantando sin tristeza
       desaparecieron hace ya muchos años.
        Trancos suspiró e hizo una pausa antes de hablar otra vez.
        —Esta es una canción —dijo— en el estilo que los elfos llaman ann-thennath,
      mas es difícil de traducir a la lengua común y lo que he cantado es apenas un eco
      muy tosco. La canción habla del encuentro de Beren, hijo de Barahi y Lúthien
      Tinúviel. Beren era un hombre mortal, pero Lúthien era hija de Thingol, un rey
      de los elfos en la Tierra Media, cuando el mundo era joven; y ella era la doncella
      más hermosa que hubiese existido alguna vez entre todas las niñas de este mundo.
      Como las estrellas sobre las nieblas de las tierras del norte, así era la belleza de
      Lúthien, de rostro de luz. En aquellos días, el Gran Enemigo, de quien Sauron de
      Mordor no era más que un siervo, residía en Angband en el Norte y los elfos del
      Oeste  que  venían  de  la  Tierra  Media  le  hicieron  la  guerra  para  recobrar  los
      Silmarils que él había robado y los padres de los hombres ayudaron a los elfos.
      Pero el enemigo obtuvo la victoria y Barahir perdió la vida y Beren, escapando
      de  grave  peligro,  franqueó  las  Montañas  del  Terror  y  pasó  al  reino  oculto  de
      Thingol  en  la  floresta  de  Neldoreth.  Allí  descubrió  a  Lúthien,  que  cantaba  y
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