Page 389 - El Señor de los Anillos
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ese sitio venían, le pareció entonces, el poder y la luz que reinaban sobre todo el
país y tuvo el deseo de volar como un pájaro para ir a descansar a aquella ciudad
verde. Luego miró hacia el este y vio las tierras de Lórien que bajaban hasta el
pálido resplandor del Anduin, el Río Grande. Miró más allá del río: toda la luz
desapareció y se encontró otra vez en el mundo conocido. Más allá del río la
tierra parecía chata y vacía, informe y borrosa, hasta que más lejos se levantaba
otra vez como un muro, oscuro y terrible. El sol que alumbraba a Lothlórien no
tenía poder para ahuyentar las sombras de aquellas distantes alturas.
—Allí está la fortaleza del Bosque del Sur —dijo Haldir—. Está cubierta por
una floresta de abetos oscuros, donde los árboles se oponen unos a otros y las
ramas se marchitan y se pudren. En medio, sobre una altura rocosa, se alza Dol
Guldur, donde en otro tiempo se ocultaba el enemigo. Tememos que esté
habitada de nuevo y con un poder septuplicado. Desde hace un tiempo se ve a
veces encima una nube negra. Desde esta elevación puedes ver los dos poderes
en oposición, luchando siempre con el pensamiento; pero aunque la luz traspasa
de lado a lado el corazón de las tinieblas, el secreto de la luz misma todavía no ha
sido descubierto. Todavía no.
Se volvió y descendió rápidamente y los otros lo siguieron.
Al pie de la loma, Frodo encontró a Aragorn, erguido, inmóvil y silencioso
como un árbol; pero sostenía en la mano un capullo dorado de elanor y una luz le
brillaba en los ojos. Parecía que estuviera recordando algo hermoso y Frodo supo
que veía las cosas como habían sido antes en ese mismo sitio. Pues los años
torvos se habían borrado de la cara de Aragorn y parecía todo vestido de blanco,
un joven señor alto y hermoso, que le hablaba en lengua élfica a alguien que
Frodo no podía ver. Arwen vanimalda, namárië! dijo, y en seguida respiró
profundamente y saliendo de sus pensamientos miró a Frodo y sonrió.
—Aquí está el corazón del mundo élfico —dijo— y aquí mi corazón vivirá
para siempre, a menos que encontremos una luz más allá de los caminos oscuros
que hemos de recorrer, tú y yo. ¡Ven conmigo!
Y tomando la mano de Frodo, dejó la loma de Cerin Amroth a la que nunca
volvería en vida.