Page 394 - El Señor de los Anillos
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sobre ti. Pero el fin está próximo, para bien o para mal. ¡Descansa aquí de tu
      carga por un momento!
        » ¡Bienvenido, hijo de Thranduil! Pocas veces las gentes de mi raza vienen
      aquí del Norte.
        » ¡Bienvenido, Gimli, hijo de Glóin! Hace mucho en verdad que no se ve a
      alguien del pueblo de Durin en Caras Galadon. Pero hoy hemos dejado de lado
      esa  antigua  ley.  Quizás  es  un  anuncio  de  mejores  días,  aunque  las  sombras
      cubran ahora el mundo, y de una nueva amistad entre nuestros pueblos. Gimli
      hizo una profunda reverencia.
        Cuando  todos  los  huéspedes  terminaron  de  sentarse,  el  Señor  los  miró  de
      nuevo.
        —Aquí hay ocho —dijo—. Partieron nueve, así decían los mensajes. Pero
      quizás hubo algún cambio en el Concilio y no nos enteramos. Elrond está lejos y
      las tinieblas crecen alrededor, este año más que nunca.
        —No, no hubo cambios en el Concilio —dijo la Dama Galadriel hablando por
      vez primera. Tenía una voz clara y musical, aunque de tono grave—. Gandalf el
      Gris partió con la Compañía, pero no cruzó las fronteras de este país. Contadnos
      ahora dónde está, pues mucho he deseado hablar con él otra vez. Pero no puedo
      verlo de lejos, a menos que pase de este lado de las barreras de Lothlórien; lo
      envuelve una niebla gris y no sé por dónde anda ni qué piensa.
        —¡Ay! —dijo Aragorn—. Gandalf el Gris ha caído en la sombra. Se demoró
      en Moria y no pudo escapar.
        Al oír estas palabras todos los elfos de la sala dieron grandes gritos de dolor y
      de asombro.
        —Una  noticia  funesta  —dijo  Celeborn—,  la  más  funesta  que  se  haya
      anunciado  aquí  en  muchos  años  de  dolorosos  acontecimientos.  —Se  volvió  a
      Haldir—.  ¿Por  qué  no  me  dijeron  nada  hasta  ahora?  —preguntó  en  la  lengua
      élfica.
        —No le hemos hablado a Haldir ni de lo que hicimos ni de nuestros propósitos
      —dijo Legolas—. Al principio nos sentíamos cansados y el peligro estaba aún
      demasiado  cerca;  y  luego  casi  olvidamos  nuestra  pena  durante  un  tiempo,
      mientras veníamos felices por los hermosos senderos de Lórien.
        —Nuestra pena es grande sin embargo y la pérdida no puede ser reparada —
      dijo  Frodo—.  Gandalf  era  nuestro  guía  y  nos  condujo  a  través  de  Moria,  y
      cuando parecía que ya no podíamos escapar, nos salvó y cayó.
        —¡Contadnos toda la historia! —dijo Celeborn. Entonces Aragorn contó todo
      lo que había ocurrido en el paso de Caradhras y en los días que siguieron, y habló
      de Balin y del libro y de la lucha en la Cámara de Mazarbul y el fuego y el
      puente angosto y la llegada del Terror.
        —Un mal del Mundo Antiguo me pareció, algo que nunca había visto antes —
      dijo Aragorn—. Era a la vez una sombra y una llama, poderosa y terrible.
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