Page 435 - El Señor de los Anillos
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hollado alguna vez el Tol Brandir. Antes que caigan las sombras de la noche ya
estaremos allí. Escucho la voz eterna del Rauros, que nos llama.
La Compañía descansó un rato, dejando que la corriente los llevara hacia el
sur por el medio del lago. Comieron algo y luego tomaron las palas para ir más
de prisa. La sombra cayó en las laderas del oeste y el sol descendió redondo y
rojo. Aquí y allá asomó una estrella neblinosa. Los tres picos se erguían ante
ellos, cada vez más oscuros. El vozarrón del Rauros rugía no muy lejos. Cuando
los viajeros llegaron por último a la sombra de las colinas, la noche se extendía
ya sobre las aguas.
El décimo día de viaje había terminado. Las Tierras Ásperas quedaban atrás.
No podían continuar sin decidir entre el camino del este y, el camino del oeste.
La última etapa de la Búsqueda estaba ante ellos.