Page 532 - El Señor de los Anillos
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Pippin miró hacia atrás. El número de los ents había crecido… ¿o qué ocurría
ahora? Donde se extendían las faldas desnudas y oscuras que acababan de
cruzar, creyó ver montes de árboles. ¡Pero estaban moviéndose! ¿Era posible
que el bosque entero de Fangorn hubiese despertado y que ahora marchase por
encima de las colinas hacia la guerra? Se frotó los ojos preguntándose si no lo
habrían engañado el sueño o las sombras; pero las grandes formas grises
continuaban avanzando firmemente. Se oía un ruido como el del viento en
muchas ramas. Los ents se acercaban ahora a la cima de la estribación y todos
los cantos habían cesado. Cayó la noche y se hizo el silencio; no se oía otra cosa
que un débil temblor de tierra bajo los pies de los ents y un roce, la sombra de un
susurro, como de muchas hojas llevadas por el viento. Al fin se encontraron
sobre la cima y miraron allá abajo un pozo oscuro: la gran depresión en el
extremo de las montañas: Nam Curunír, el Valle de Saruman.
—La noche se extiende sobre Isengard —dijo Bárbol.