Page 658 - El Señor de los Anillos
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respondió el mago—. Los hobbits las habrán olvidado supongo, aun las pocas que
conocían.
—No, nada de eso —dijo Pippin—. Y además tenemos muchas canciones
propias, que sólo se refieren a nosotros, y que quizá no te interesen. Pero ésta no
la había escuchado nunca. ¿De qué habla…? ¿Qué son esas siete estrellas y esas
siete piedras?
—Habla de los Palantiri de los Reyes de la Antigüedad —dijo Gandalf.
—¿Y qué son?
—El nombre significa lo que mira a lo lejos. La piedra de Orthanc era una de
ellas.
—¿Entonces no fue fabricada —Pippin titubeó—, fabricada… por el
enemigo?
—No —dijo Gandalf—. Ni por Saruman. Ni las artes de Saruman ni las de
Sauron hubieran podido crear algo semejante. Los palantiri provienen de
Eldamar, de más allá del Oesternesse. Los hicieron los Noldor; quizá fue el
propio Féanor el artífice que los forjó, en días tan remotos que el tiempo no
puede medirse en años. Pero nada hay que Sauron no pueda utilizar para el mal.
¡Triste destino el de Saruman! Esa fue la causa de su perdición, ahora lo
comprendo. Los artilugios creados por un arte superior al que nosotros poseemos
son siempre peligrosos. Sin embargo, ha de cargar con la culpa. ¡Insensato! Lo
guardó en secreto, para su propio beneficio y jamás dijo una sola palabra a
ninguno de los miembros del Concilio. Ni siquiera sospechaba que uno de los
palantiri se había salvado de la destrucción de Gondor. Fuera del Concilio ya
nadie recordaba entre los elfos y los hombres que alguna vez existieron esas
maravillas, excepto en un antiguo poema que las gentes del país de Aragorn
recitan aún.
—¿Para qué los utilizaban los hombres de antaño? —inquirió Pippin, feliz y
estupefacto; estaba obteniendo tantas respuestas y se preguntaba cuánto duraría
eso.
—Para ver a la distancia y para hablar en el pensamiento unos con otros —
dijo Gandalf—. Así fue como custodiaron y mantuvieron unido el reino de
Gondor durante tanto tiempo. Pusieron piedras en Minas Anor, y en Minas Ithil, y
en Orthanc en el círculo de Isengard. La piedra maestra y más poderosa fue
colocada debajo de la Cúpula de las Estrellas de Osgiliath antes que fuera
destruida. Las otras estaban muy lejos. Dónde, pocos lo saben hoy pues ningún
poema lo dice. Pero en la Casa de Elrond se cuenta que estaban en Annúminas y
en Amon Sol, y que la piedra de Elendil se encontraba en las Colinas de la Torre
que miran hacia Mithlond en el Golfo de Lune, donde están anclados los navíos
grises.
» Los palantiri se comunicaban entre ellos, pero desde Osgiliath podían
vigilarlos a todos a la vez. Al parecer, como la roca de Orthanc ha resistido los