Page 653 - El Señor de los Anillos
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respiración del hobbit, luego le puso las manos sobre la frente. El hobbit se
estremeció. Los ojos se le cerraron. Lanzó un grito; y se sentó, mirando con
profundo desconcierto las caras de alrededor, pálidas a la luz de la luna.
—¡No es para ti, Saruman! —gritó con una voz aguda y falta de tono,
apartándose de Gandalf—. Mandaré a alguien para que me lo traiga en seguida.
¿Me entiendes? ¡Di eso solamente! —Luego trató de ponerse de pie y escapar,
pero Gandalf lo retuvo con dulzura y firmeza.
—¡Peregrin Tuk! —dijo—. ¡Vuelve!
El hobbit dejó de debatirse y volvió a caer de espaldas, apretando la mano del
mago.
—¡Gandalf! —gritó—. ¡Gandalf! ¡Perdóname!
—¿Que te perdone? —dijo el mago—. ¡Dime primero qué has hecho!
—Yo… te saqué el globo y lo miré —balbució Pippin—, y vi cosas
horripilantes. Y quería escapar pero no podía. Y entonces vino él y me interrogó;
y me miraba fijo; y… y no recuerdo nada más.
—Me basta con eso —dijo Gandalf severamente—. ¿Qué fue lo que viste y
qué dijiste?
Pippin cerró los ojos estremeciéndose, pero no contestó. Todos observaban la
escena en silencio, excepto Merry que miraba a otro lado. Pero la expresión de
Gandalf era aún dura e inflexible.
—¡Habla! dijo.
En voz baja y vacilante Pippin empezó a hablar otra vez y poco a poco las
palabras se hicieron más firmes y claras.
—Vi un cielo oscuro y murallas altas —dijo—. Y estrellas diminutas. Todo
parecía muy lejano y remoto, y sólido a la vez y nítido. Las estrellas aparecían y
desaparecían… oscurecidas por el vuelo de criaturas aladas. Creo que eran muy
grandes, en realidad; pero en el cristal yo las veía como murciélagos que
revoloteaban alrededor de la torre. Me pareció que eran nueve. Una bajó
directamente hacia mí y era más y más grande a medida que se acercaba. Tenía
un horrible… no, no lo puedo decir.
» Traté de huir, porque pensé que saldría volando fuera del globo pero cuando
la sombra cubrió toda la esfera, desapareció. Entonces vino él. No hablaba con
palabras. Pero me miraba y yo comprendía.
» "¿De modo que has regresado? ¿Por qué no te presentaste a informar
durante tanto tiempo?"
» No respondí. El me preguntó: "¿Quién eres?" Tampoco esta vez respondí,
pero me costaba mucho callar, y él me apremiaba, tanto que al fin dije: "Un
hobbit."
« Entonces fue como si me viera de improviso y se rió de mí. Era cruel. Yo
me sentía como si estuvieran acuchillándome. Traté de escapar, pero él me
ordenó: "¡Espera un momento! Pronto volveremos a encontrarnos. Dile a