Page 762 - El Señor de los Anillos
P. 762
¿Te satisface esta respuesta?
Frodo se inclinó profundamente.
—Me satisface, sí —dijo—, y permíteme que te ofrezca mis servicios, si
fueran dignos de alguien tan noble y tan honorable.
—Son altamente dignos —dijo Faramir—. Y ahora, Frodo, ¿tomas a esta
criatura, Sméagol, bajo tu protección?
—Sí, tomo a Sméagol bajo mi protección —dijo Frodo. Sam dejó escapar un
sonoro suspiro; y no a causa de las fórmulas de cortesía, las cuales, como lo haría
cualquier hobbit, aprobaba sin reservas. A decir verdad, en la Comarca un asunto
de esa naturaleza habría exigido muchas más reverencias y más palabras.
—En ese caso —dijo Faramir volviéndose a Gollum—, te advierto que pesa
sobre ti una sentencia de muerte. Pero mientras permanezcas junto a Frodo
estarás a salvo, por lo que a mí me atañe. No obstante, si alguna vez un hombre
de Gondor te encontrase merodeando y sin tu amo, la sentencia será ejecutada.
Y quiera la muerte llegar pronto a ti, dentro o fuera de Gondor, si no le sirves con
la debida lealtad. Y ahora, respóndeme: ¿a dónde querías ir? Eres su guía, dice él.
¿A dónde lo llevabas? —Gollum no respondió.
—No admitiré secretos en cuanto a esto —dijo Faramir—. Respóndeme, o
revocaré mi veredicto.
Tampoco esta vez Gollum respondió.
—Yo responderé por él —dijo Frodo—. Me guió hasta la Puerta Negra, como
yo se lo había pedido; pero esa puerta era infranqueable.
—No hay ninguna puerta abierta para entrar en el País Sin Nombre —dijo
Faramir.
—Por lo tanto cambiamos de rumbo y vinimos por la ruta del Sur —prosiguió
Frodo—; pues según él hay, o puede haber, un camino cerca de Minas Ithil.
—Minas Morgul —dijo Faramir.
—No lo sé exactamente —dijo Frodo—; pero el camino trepa, creo, entre las
montañas del lado norte del valle, donde se alza la ciudad antigua. Sube hasta
muy arriba, hasta una hendidura, y luego desciende otra vez hasta… lo que está
más allá.
—¿Conoces el nombre de esa garganta? —dijo Faramir.
—No —respondió Frodo.
—Se llama Cirith Ungol. —Gollum lanzó un silbido agudo y se puso a
mascullar—. ¿No es ese el nombre? —dijo Faramir, volviéndose a Gollum.
—¡No! —dijo Gollum, y en seguida gimió, como si le hubieran dado un
puñetazo—. Sí, sí, hemos oído ese nombre, una vez. Pero ¿qué nos importa el
nombre? El amo dice que él necesita entrar. Es preciso entonces que tratemos de
encontrar algún camino. No hay otro camino posible, no.
—¿No hay otro camino? —dijo Faramir—. ¿Y tú cómo lo sabes? ¿Quién ha
explorado todos los confines de este reino sombrío? —Miró a Gollum larga y