Page 265 - Dialectica
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La dial´ ectica en las ciencias
Si suponemos que un sistema formado por un n´ umero de part´ ıcu-
las ∼ 10 20 tiene una fluctuaci´ on despreciable, un sistema con ∼ 10 10
tiene una fluctuaci´ on mucho mayor. La relaci´ on entre ambas fluctua-
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10
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ciones es, de acuerdo a lo anterior, 10 /10 = 10 o sea cien mil veces
mayor que la termodin´ amica conocida. Sin duda este “caso frontera”
no acepta bien ni la descripci´ on microsc´ opica ni la macrosc´ opica. Nos
encontramos frente a una teor´ ıa que tiene un comportamiento inter-
medio entre ambas, una teor´ ıa que, por el momento, parece no tener
utilidad pr´ actica. La respuesta al “demonio” de Maxwell eventualmente
s´ olo se podr´ ıa dar en una teor´ ıa intermedia entre lo macrosc´ opica y lo
microsc´ opico, teor´ ıa que tendr´ ıa un valor l´ ogico intermedio, la pene-
traci´ on de los valores, por ejemplo, LH * MB de la Figura 33.
Un segundo ejemplo de frontera, similar al anterior, lo plantea el
“gato” de Schr¨ odinger. En un recipiente existe un gato, una ampolla de
gas letal y un manantial radiactivo cuya emisi´ on es capaz de romper la
´
ampolla. Este es un caso de la frontera entre la mec´ anica microsc´ opi-
ca y la macrosc´ opica, entre la f´ ısica cu´ antica y la cl´ asica. En la visi´ on
cu´ antica la ampolla est´ a en un estado superposici´ on de dos, el estado
ampolla intacta y el estado ampolla rota, puesto que hay una probabi-
lidad que la emisi´ on de las part´ ıculas radiactivas la rompa. Se plantea
entonces la cuesti´ on: ¿el gato est´ a vivo o muerto? ¿Tal vez est´ a en un
estado superposici´ on entre vivo y muerto?
Desde un punto de vista menos espectacular, la pregunta que se
puede hacer es ¿existe un tama˜ no para una mol´ ecula o una estructura
microsc´ opica en el cual comienza a comportarse en forma macrosc´ opi-
ca? Hoy sabemos que existen mol´ eculas gigantes: cadenas de carbono
como los nanotubos, los pl´ asticos o el ADN. Existen nanotubos tan lar-
gos como medio metro y se observan propiedades asombrosas de resis-
tencia como materiales. Las mol´ eculas de ADN pueden tener cent´ ıme-
tros de longitud. Tal parece que estas enormes mol´ eculas poseen, a la
vez, propiedades cu´ anticas, como los enlaces entre ´ atomos, y cl´ asicas
como sus dimensiones o su resistencia a la tracci´ on. Igual que en el ca-
so anterior la respuesta se debe buscar en una teor´ ıa intermedia cayo
valor l´ ogico sea LH * MQ, ver Figura 32.
Un tercer ejemplo cl´ asico los plantea la frontera entre la mec´ anica
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