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Terminada la burla, le quitaron el manto y le pusieron sus vestidos. de Dios y conservan el testimonio de Jesús. Y se detuvo a la orilla
Después lo sacaron para crucificarlo. del mar.
A la salida encontraron un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo Ap 12
forzaron a cargar con la cruz. Llegaron a un lugar llamado Gólgota
(es decir, Calavera), y le dieron a beber vino mezclado con hiel. Él z Unidad 3, pág. 45
lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repar-
tieron a suertes sus vestidos y se sentaron allí custodiándolo.
Encima de la cabeza pusieron un letrero con la causa de la condena: Los convidados al banquete
«Éste es Jesús, rey de los judíos». Con Él estaban crucificados dos Cuando abrió el séptimo sello, se hizo en el cielo un silencio de media
bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. hora. Vi a los siete ángeles que estaban delante de Dios: les entre-
Mt 27, 31-38 garon siete trompetas. Otro ángel vino y se colocó junto al altar con
un incensario de oro; le dieron incienso abundante para que lo aña-
El nacimiento de Jesús el Mesías sucedió así: Su madre, María, diese a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro,
estaba prometida a José, y antes del matrimonio, resultó que estaba delante del trono. De la mano del ángel subió el humo del incienso
encinta, por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era honrado con las oraciones de los santos hasta la presencia de Dios. Después
y no quería infamarla, decidió repudiarla en privado. Ya lo tenía de- tomó el ángel el incensario, lo llenó con ascuas del altar y lo arrojó
cidido, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: a la tierra. Hubo truenos y estampidos, relámpagos y un terremo-
–José, hijo de David, no tengas reparo en acoger a María como esposa to.
tuya, pues lo que ha concebido es obra del Espíritu Santo. Los siete ángeles con las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
Dará a luz un hijo, a quien llamarás Jesús, porque él salvará a su El primero dio un toque de trompeta: hubo granizo y fuego mezclados
pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió de modo que se cum- con sangre, que fue arrojado a la tierra. Un tercio de la tierra se
pliera lo que el Señor había anunciado por medio del profeta: «Mira, abrasó, un tercio de los árboles se abrasó, toda la hierba verde se
la virgen está encinta, dará a luz a un hijo que se llamará Emanuel» abrasó.
(que significa ‘Dios-con-nosotros’). Cuando José se despertó del El segundo ángel dio un toque de trompeta: una montaña enorme
sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado y acogió a se desplomó ardiendo en el mar. Un tercio del mar se volvió sangre,
su esposa. Pero no tuvo relaciones con ella hasta que dio a luz un un tercio de los seres vivos marinos pereció, un tercio de las naves
hijo, al cual llamó Jesús. naufragó.
El tercer ángel dio un toque de trompeta: cayó del cielo una estrella
Mt 1, 18-25
gigantesca, ardiendo como una antorcha; cayó sobre un tercio de
los ríos y sobre los manantiales de agua. La estrella se llama Ajenjo.
Género apocalíptico Un tercio del agua se volvió ajenjo y muchos hombres que lo bebieron
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer revestida del sol, la murieron, pues se había vuelto amarga.
El cuarto ángel dio un toque de trompeta: se resintió el sol en un tercio,
luna bajo los pies y en la cabeza una corona de doce estrellas. Estaba
encinta y gritaba de dolor en el trance del parto. Apareció otra señal la luna en un tercio, las estrellas en un tercio, de modo que un tercio
en el cielo: un dragón rojo enorme, con siete cabezas y diez cuernos de todos se oscureció; faltó un tercio de la luz del día y lo mismo de la
y siete turbantes en las cabezas. Con la cola arrastraba un tercio de noche. Vi un águila volando por el zenit del cielo y oí que gritaba muy
fuerte: ¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra! por los tres toques res-
los astros del cielo y los arrojaba a la tierra. El dragón estaba frente
tantes que van a dar los ángeles con sus trompetas.
a la mujer en parto, dispuesto a devorar la criatura en cuanto naciera.
Dio a luz a un hijo varón, que ha de apacentar a todas las naciones Ap 8, 1-13
con vara de hierro. El hijo fue arrebatado hacia Dios y hacia su trono. Uno de los invitados, al oírlo, dijo:
La mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios –¡Dichoso el que coma en el reino de Dios!
Le replicó:
para sustentarla mil doscientos sesenta días.
–Un hombre daba un gran banquete, al que invitó a muchos. Hacia
Se declaró la guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra
el dragón; el dragón luchaba asistido de sus ángeles; pero no vencía, la hora del banquete despachó a su criado a avisar a los invitados:
y perdieron su puesto en el cielo. El dragón gigante, la serpiente pri- Vengan, que ya está preparado. Uno tras otro se fueron excusando
mitiva, llamada Diablo y Satanás, que engañaba a todo el mundo, todos. El primero dijo: He comprado un terreno y tengo que ir a exa-
minarlo; por favor, acepta mis excusas. El segundo dijo: He comprado
fue arrojada a la tierra con todos sus ángeles. Escuché en el cielo
cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos; por favor, acepta mis ex-
una voz potente que decía: Han llegado la victoria, el poder y el reinado cusas. El tercero dijo: Me acabo de casar y no puedo ir. El criado
de nuestro Dios y la autoridad de su Mesías; porque ha sido expulsado volvió a informar al amo. El amo de casa, irritado, dijo al criado: Sal
el que acusaba a nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche aprisa a las plazas y calles de la ciudad y traéte a pobres, lisiados,
ante nuestro Dios. Ellos lo derrotaron con la sangre del Cordero y
ciegos y cojos. El criado le dijo: Señor, se ha hecho lo que ordenabas
con su testimonio, porque despreciaron la vida hasta morir. Por eso
y todavía sobra sitio. El amo dijo al criado: Sal a los caminos y veredas
alégrense, cielos, y los que habitan en ellos. ¡Ay de la tierra y del mar!, y oblígalos a entrar hasta que se llene la casa. Pues les digo que nin-
porque ha bajado a ustedes el Diablo, enfurecido porque sabe que guno de aquellos invitados probará mi banquete.
le queda poco tiempo.
Cuando vio el dragón que había sido arrojado en tierra, persiguió a Lc 14, 15-24
la mujer que había dado a luz al varón. A la mujer le dieron las dos
Género epistolar
alas del águila gigante, para que volase a su puesto en el desierto,
donde la sustentarán un año y dos años y medio año, lejos de la De Pablo, apóstol del Mesías Jesús por disposición de Dios salvador
serpiente. La serpiente echó por la boca agua como un río detrás nuestro y de Jesucristo nuestra esperanza, a Timoteo, hijo suyo en-
de la mujer, para arrastrarla en la corriente. Pero la tierra auxilió a la
gendrado por la fe: gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre
mujer abriendo la boca y bebiendo el río que había echado por la
y de Cristo Jesús Señor nuestro.
boca el dragón. Enfurecido el dragón con la mujer, se marchó a pe - Como te encargué cuando salía para Macedonia, quédate en
lear con el resto de sus descendientes, los que cumplen los preceptos
NPT