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militares me aportaran nada especial aparte de eso, pero era evidente que sabían sobre las pirámides mucho más que yo
en aquella época.
Al menos en cuanto a usos psíquicos y la aplicación física limitada a las radioemisiones. Dos años y medio después dejé el
equipo por varias razones, pero seguí experimentando con pirámides y en 1984 tuve mejores oportunidades de avanzar.
Aquel año y el anterior me fueron especialmente prósperos en lo económico y por los contactos adecuados, pero terrible
para la salud. Recibí cierta herencia a la que se agregaron excelentes ingresos y decidí apostar por lo que para mi familia -
a excepción de mi padre- era una locura: La investigación piramidal. Así que mi carrera no sólo tuvo un alto costo
económico sino también anímico, porque tuvo que ir siempre en medio de un doloroso secreto. No obstante, fue también
un aliciente ante circunstancias personales desgraciadas, pero no como un modo de evasión, sino como un objetivo que
daba sentido a mi vida.
Tenía otras razones más poderosas, como un principio de artrosis deformante que en poco tiempo me hubiera impedido
caminar y dos médicos estaban empeñados en operarme para experimentar cosas Tenía alquilada una casona con
grandes habitaciones y construí la primera pirámide en suficiente tamaño como para instalar una cama, porque deducía -
acertadamente- que la deshidratación que la pirámide causa, quizá pudiera afectar al líquido sinovial y corregir la artrosis.
El aluminio era el material que mejores resultados dio en las pequeñas pirámides y de este material eran las usadas en el
equipo militar. Las habíamos hecho puramente estructurales, sin cerrar las caras y guardaba algunos planos de las
mismas. No sabía aún por qué, pero algunas estructurales fallaban y otras funcionaban muy bien. Sin embargo era
evidente que la relación de la masa (la cantidad de material) de la pirámide era importante. No funcionaban las hechas con
finos caños y listones, pero sí aquellas con ángulos de alas bastante anchas. A la larga, descubrí que la masa y la
superficie material de la estructura tienen que ser suficientes como para que el campo magnético de toda la estructura se
cierre, en vez de permanecer pegado a las líneas de aristas y bases.
Hay gente que hace y vende pirámides de hilo; otros hacen ángulos
para formar una “pirámide virtual”. Con esas cosas innocuas y sin
fundamento es que la piramidología ha perdido credibilidad en las
últimas décadas. Peor aún son los que las hacen de varillas de acero
o de cobre. Funcionan, pero son tan dañinas que los usuarios las
terminan temiendo y tirando y por supuesto, sería muy difícil
convencerles para que vuelvan a usar una pirámide bien construida.
En la siguiente imagen vemos la diferencia entre una pirámide de
masa y cobertura insuficiente, contra otra bien calculada.
En las de caño, que hacía de hasta un metro de altura, rellenaba
dichos caños con arena cuarzosa y funcionaban mejor, especialmente para disecar flores, momificar carnes o tratar agua.
Si el caño era demasiado fino, apenas conseguía efectos. Un colega ha hecho lo mismo hace poco, pero a falta de arena
cuarzosa le sugerí rellenar los tubos con vidrio (evitando el de los espejos, que tiene otros metales). Resultó magnífica.
En mayo de 1984 un Amigo me puso en contacto con un par de físicos venezolanos, hartos de trabajar en medios
científicos oficiales de USA y Canadá, donde sus ideas resultaban revolucionarias en lo científico, como su ética
inconveniente para los intereses económicos y políticos que se menean en esas esferas. Ellos, Roberto Balmaceda y
Herminio Valdés estaban tan "locos" como yo. Su obsesión no era la pirámide, sino la física cuántica, y más
específicamente los neutrinos. En principio la cosa me resultaba extraña, porque no entendía qué relación había entre las
pirámides y estas partículas subatómica de las que apenas sabía que habían sido descubiertas en 1930 por Wolfgang
Pauli (Premio Nobel en 1945), en base al cálculo de la energía "perdida" en las reacciones del radio, pero tardaron 25 años
en probar su existencia (lo hizo Frederick Reines, Premio Nobel en 1995).
Ahora sabemos que son los "ladrillos" básicos de la constitución atómica. Pero hablaremos de ellos muchas veces, en
adelante, sin meternos en explicaciones demasiado complejas. Roberto y Herminio habían trabajado juntos en diversos
grupos científicos, chocando siempre con las limitaciones que imponen los intereses económicos a partir de corrupciones
políticas. Se justificaban cientos de millones de dólares en una modalidad de investigación que ellos habían logrado
simplificar y superar tecnológicamente, pero a costos muy bajos, cosa que no interesaba a los mercaderes políticos de la
ciencia oficial. Además solían recibir invitaciones para trabajar en otras investigaciones y desarrollos de alta física para
fines bélicos, mientras que los neutrinos no parecen tener utilidades en esas aplicaciones. En uno de sus últimos trabajos
habían observado que ciertas formas geométricas como las pirámides y los conos afectaban el comportamiento de los
neutrinos y su cantidad en determinados puntos de influencia.
La primera observación se debió a una gran estalactita de sal, que parecía modificar el pasaje de neutrinos en una zona
bajo su punta. Tras algunas pruebas con diferentes formas, determinaron que la pirámide era la más adecuada para
afectar a los neutrinos, aunque aún no se explicaban el fenómeno. Estaban por construir un laboratorio piramidal en
Caracas, pero yo tenía ya una construida para dormir, un sitio algo aislado, espacio para hacer muchas más y dinero para
financiar un trabajo multidisciplinario por algún tiempo. A ellos, le iba muy bien trabajar donde no se les hallara fácilmente,