Page 12 - Microsoft Word - Gabriel Silva - Geometria sagrada de las piramides.docx
P. 12
descubrir sobre partículas subatómicas más que en cualquier otro laboratorio y tenían propuestas para trabajar en Irán y
otros países. Así que lo expuesto más adelante en el terreno científico (lo más simplificado posible, para que lo entienda
todo el mundo) es producto principalmente de esos seis años de trabajo, aunque siempre he seguido avanzando sin dejar
de lado otras cuestiones científicas que más o menos se relacionan con las pirámides.
CAPÍTULO IIº
LAS PIRÁMIDES SON ETERNAS
No me extenderé demasiado en las descripciones que el Lector hallará en miles de libros de historia, en los que puede
ejercer su libre razonamiento, descubriendo los absurdos que se dicen oficialmente de las pirámides, así como las
inteligentes preguntas que se hacen diversos investigadores. Por ello, sólo daremos un repaso por lo verdaderamente
importante de la historia, desde mi punto de vista más objetivo y sin condicionamientos académicos ni compromisos con
ningún sector de intereses.
Cualquier persona medianamente informada sabe hoy que las Pirámides de Gizéh son sólo una parte del entramado
piramidal del mundo, aunque su Gran Pirámide, llamada arbitrariamente "de Kheops", sea quizá la más perfecta de todas
las que se conocen. Hay pirámides en México, pero no sólo están las muy famosas de Teotihuacán ("Donde los hombres
se convierten en dioses") y el cercano complejo de Tenochtitlán, sino que hay más de cien descubiertas y puede que
durante muchos años siga habiendo hallazgos, que se realizan lenta pero inexorablemente bajo el manto de espesa jungla.
La mayoría de ellas no sólo se hallan cubiertas por la exuberante vegetación, sino también enterradas, por lo que se
sostienen continuas discusiones respecto a los períodos en que fueron construidas, manteniendo contraposiciones que
son como en Egipto y el resto del mundo, "el debate interminable".
Los arqueólogos rebajan fechas, intentando encajar a presión las cronologías de sus libros ya publicados, en base a
datos por lo general peregrinos y confusos, pero los geólogos, físicos y demás buenos deductores, saben que son mucho
más antiguas de lo que dicen los otros.
El caso es que en realidad -y sólo viendo las discusiones entre los mismos arqueólogos oficiales se comprueba- nadie
sabe quién construyó las pirámides centroamericanas, las peruanas, las pirámides mayores de Egipto, ni las gigantescas
pirámides chinas. Las de América Central suman ya más de doscientas entre el Norte de México y el centro de Venezuela.
No todas corresponden a las mismas funciones, evidentemente. Las hay muy variadas pero muy pocas pueden justificar el
título de "tumbas", ni siquiera como teoría. En las pirámides del Perú, que son unas treinta, jamás se han hallados restos
funerarios de ninguna clase.
Los chinos desde miles de años antes de Cristo hasta hace
menos de quinientos años, conservaban el conocimiento
geomántico que les permitía vivir en casas piramidales de madera.
Pero, -como en muchos otros sitios donde se usaron- poco queda
de la madera, que aplicada a la construcción puede durar unos
pocos siglos, siempre que no sea pasto del fuego o quede
enterrada en sitios húmedos y se pudra. En China hay todavía
algunas aldeas con casas piramidales a 52º de inclinación. Las
pagodas son el remanente cultural que su religión ha conservado
sobre su antigua ciencia geomántica y piramidal, pero la pérdida de
los conocimientos piramidales -producida por guerras y catástrofes
naturales, así como adulteraciones por interpretaciones religiosas-
significó una disminución drástica en la longevidad que aquellos
pueblos disfrutaban. Los materiales con los que construyeron sus
pirámides habitacionales los chinos, incas, mayas, egipcios y otros,
eran necesariamente de madera dada la complejidad de las obras y
la abundancia de árboles, lo cual ha dejado pocos indicios,
quedando en cambio las de piedra, de uso público o gubernamental.
Si somos objetivos al analizar la historia y deducir en base a lo existente, es prácticamente imposible que a las grandes
pirámides las hayan construido los pueblos históricamente conocidos. Todo apunta a que otras civilizaciones mucho más
antiguas las dejaron allí, como legado científico que algunos supieron aprovechar y otros ocuparon con mayor o menor
"devoción mística" hacia los supuestos dioses que las hicieron y con mayor o menor aprovechamiento de sus cualidades.
Hoy recién hemos conseguido descifrar las bases de esta Ciencia Sagrada y poco a poco, la humanidad empieza a usarlas
de nuevo.