Page 157 - Dune
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Quizá tengáis en reserva alguna perla de sabiduría para ese muchacho al que hay
           que tratar como un hombre.
               Jessica apretó bajo la mesa el puño de su mano derecha. Vio a Halleck hacerle

           una señal con la mano a Idaho, y los soldados de la casa alineados a lo largo de las
           paredes adoptaron una posición de alerta máxima.
               Bewt lanzó al banquero una venenosa mirada.

               Paul  observó  a  Halleck,  notó  las  posiciones  defensivas  de  sus  guardias,  luego
           miró al banquero hasta que el hombre bajó su jarra de agua. Entonces dijo:
               —Una vez, en Caladan, vi el cuerpo de un pescador ahogado que acababan de

           sacar del agua. Tenía…
               —¿Ahogado? —era la hija del fabricante de destiltrajes.
               Paul vaciló.

               —Sí —dijo—. Inmerso en el agua hasta morir. Ahogado.
               —¡Qué interesante forma de morir! —murmuró la joven.

               La sonrisa de Paul se endureció. Volvió su atención al banquero.
               —Lo  interesante  acerca  de  ese  hombre  eran  las  heridas  en  sus  hombros…
           producidas por los clavos de las botas de otro pescador. El pescador formaba parte de
           la  tripulación  de  un  bote  (un  aparato  para  viajar  sobre  el  agua)  que  había

           naufragado…  se  había  hundido  en  el  agua.  Otro  pescador  que  había  ayudado  a
           extraer  su  cuerpo  dijo  que  otras  muchas  veces  había  visto  las  mismas  marcas.

           Significaban que otro pescador que se estaba ahogando había apoyado sus pies en los
           hombros de aquel desgraciado en un intento de alcanzar la superficie… de respirar
           aire.
               —¿En qué es eso interesante? —preguntó el banquero.

               —Porque mi padre, entonces, me hizo una observación. Dijo que es comprensible
           que un hombre, a punto de ahogarse, se apoye sobre nuestros hombros en un intento

           de salvarse… excepto cuando uno ve que esto ocurre en un salón. —Paul vaciló lo
           suficiente como para que el banquero adivinara lo que seguía, y luego terminó—: Y,
           añadiría yo, excepto cuando uno ve que esto ocurre en la mesa de un banquete.
               Un silencio absoluto invadió la estancia.

               Eso ha sido temerario, pensó Jessica. Ese banquero puede tener bastante rango
           como para desafiar a mi hijo. Vio que Idaho estaba preparado para entrar en acción.

           Las  tropas  de  la  casa  estaban  alerta.  Gurney  Halleck  tenía  los  ojos  fijos  en  los
           hombres que tenía enfrente.
               —¡Ja-ja-ja-a-a-a! —era el contrabandista, Tuek, con la cabeza echada hacia atrás,

           riendo salvajemente sin ninguna inhibición.
               Unas sonrisas nerviosas brotaron alrededor de la mesa.
               Bewt también sonrió.

               El banquero había echado su silla hacia atrás y miraba colérico a Paul.




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