Page 103 - Libros de Caballerías 1879
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LOS CELOS DE ORIANA


       tura sobre todas  las  del mundo,  habéis mostrado,
       mudando vuestro querer de mí, que sobre todas las
       cosas vos amaba, poniéndole en aquella que, según
       su edad, para la amar ni conoscer su discreción bas-
       ta; e pues otra venganza mi sojuzgado corazón to-
       mar no puede, quiero todo  el sobrado y mal em-
       pleado amor que en vos  tenía apartarlo. ¡Oh qué
       mal empleé  e sojuzgué mi corazón, que en pago
       de mis  sospiros  e  pasiones, burlada y desechada
       fuese! E pues este engaño es ya manifiesto, no pa-
       rezcáis ante mí  ni en parte donde yo sea; porque
       sed cierto que el muy encendido amor que vos ha-
       bía es tornado, por vuestro merescimiento, en muy
       rabiosa e cruel saña; e con vuestra quebrantada  fe
       e  sabios engaños  id a engañar otra  cativa mujer
       como yo, que así me vencí de vuestras engañosas
       palabras, de  las cuales ninguna salva ni excusa se-
       rán recebidas; antes,  sin vos ver, plañiré con mis
       lágrimas mi desastrada ventura e con ellas daré fin
       a mi vida, acabando mi triste planto."
         Acabada  la  carta,  cerróla con  sello de Amadís
       muy conocido,  e puso en  el sobrescrito: "Yo soy
       la doncella ferida de punta de espada por  el cora-
                                      ,,
       zón, e vos sois  el que me feristes.  E  fablando 'en
       gran secreto con un doncel que Durín  se llamaba,
       hermano de  la  doncella de Denamarca,  le mandó
       que no holgase fasta que hallara  sl Amadís, e aque-
       lla carta le diese.
         El Doncel, siguiendo los pasos de Amadís, llegó
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