Page 98 - 13 Pitagoras
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Aun más sagrado que el 5 era el 6, símbolo de la procreación y
                      de la familia, puesto que suporúa la unión del principio femenino
                      y el principio masculino a  través del producto (6 = 2 • 3).  Estaba
                      teñido de misticismo, pues regulaba los intervalos de tiempo entre
                      cada reencarnación. Era, además, el área del triángulo divino 3-4-5.
                      Pero, sobre todo, constituía el primer número perfecto, una tipolo-
                      gía de números de los que se hablará en breve.
                          El 7 era la «virgen sin madre», pues no podía engendrarse por
                      ningún otro número de la década ni él engendrar número alguno.
                      Asociado a la salud y la luz, siete eran las notas musicales y los
                      astros que daban nombre a los días de la semana. Era un número
                      con singularidad geométrica, porque el círculo no puede ser divi-
                      dido en siete partes iguales por ninguna construcción conocida.
                          El 8 simbolizaba la amistad, la plenitud y la reflexión. Ejercía
                      su influencia en todo el cosmos a través de las ocho esferas que
                      podían verse desde la Tierra (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte,
                      Júpiter, Saturno y las estrellas fijas). Se trataba del primer número
                             3
                      cubo (2 )  y su plenitud proverúa de ser la suma de dos cuadrados
                      iguales (8=4+4).






                EL PENTALFA
                El pentagrama místico, o pentalfa, era
                una estrella de cinco puntas. Los pita-
                góricos utilizaban este emblema se-
                creto para  identificarse porque sus
                muchas y  hermosas propiedades lo
                habían convertido en uno de los tópi-
                cos geométricos más importantes de
                la hermandad. La más curiosa de ellas
                era la  unicursalidad, es  decir, que po-
                día ser trazado por el movimiento de
                un punto sin  pasar dos veces por el
                mismo lado. El  pentalfa se obtenía al
                trazar las diagonales de un pentágono
                regular, o prolongando sus lados.









           98         UN UNIVERSO BASADO EN  EL NÚMERO
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